El mundo del trabajo cambió a nivel global. Nada es ni será lo que era, y, puestos en esta situación, si te mantienes en la tuya haciendo lo de siempre, es muy poco probable que puedas permanecer mucho tiempo en tu puesto. No solo se reemplazan puestos de trabajo por el avance tecnológico y de la robótica sino porque, se ponen en la balanza la actitud y no solo la aptitud, de cada colaborador. Esto significa que, además de tu formación específica y experiencia, lo que marca la decisión para que permanezcas en tu labor es tu actitud, motivación, entusiasmo y creatividad puesta al servicio de la tarea.
5 habilidades esenciales
En el conjunto de las organizaciones de todo tipo, desde pequeños comercios hasta empresas gigantes, lo que se busca hoy es que cada persona tenga, al menos, estas cinco habilidades. Como su nombre lo indica, estas habilidades se pueden ejercitar y poner en valor para reforzar tu espíritu de cooperación y participación activa en el trabajo.
1- Habilidad de comunicación. Las relaciones interpersonales y la capacidad de trabajar en equipo, con personas muy distintas a ti, son estratégicas en este tiempo. A la vez, necesitas aprender a presentar los resultados de tu tarea, a hacer aportes constructivos y a dar feedback asertivo para que los proyectos salgan adelante.
2- Empatía. Otra cualidad valorada es la de saber ponerse en los zapatos del otro. Por lo general, las personas se quejan en el trabajo: del dueño, de su jefe, de sus compañeros, de la tarea, de los clientes. Sin embargo, un pequeño cambio positivo en esta actitud desgastante, hará que disfrutes más de tu trabajo. La empatía es la habilidad para mirar la perspectiva del otro (no solo tu ombligo). Salir de tu mundo personal es esencial para poder disfrutar más e incluso, encontrar el propósito y dirección en lo que haces.
3- Velocidad de respuesta. La mayoría de los usuarios de cualquier organización valoran la actitud de quien presta un servicio. Por eso, la cualidad de la agilidad se relaciona con la velocidad para responder. Está relacionada directamente con la responsabilidad (habilidad para responder) a las cuestiones que se presentan.
4- Enfoque en la solución. Más del 85% de las personas afrontan los problemas creando más problemas. Si deseas salir de ese círculo vicioso, necesitas entrenarte en un enfoque permanente en la solución. Una técnica que funciona es aprender a pensar tres soluciones alternativas (un plan A, B y C), que, con variaciones, te llevará a un resultado igualmente aceptable para cualquier cuestión. Esto baja el nivel de reclamos, quejas internas y consultas con los superiores, adquiriendo mayor destreza para resolver por ti mismo los problemas. Lo mismo puedes aplicarlo en el ámbito personal.
5- Saber cómo tratar con clientes y personas difíciles. Más allá de que trabajes sin atender gente, hay un público interno al que necesitas responder: la empresa, tu jefe, los compañeros, los proveedores. A su vez, la tarea de todos tiene un impacto en el público externo, por ejemplo: los clientes o destinatarios finales de la labor que realizan). Siempre pueden presentarse conflictos, por lo que una gran habilidad esencial para destacarte es saber cómo tratar a cada persona. Para esto, identifica las emociones que te dominan, y las que prevalecen en la otra persona; canalízalas siempre hacia un resultado pro-positivo, proponiendo soluciones y alternativas. Te ayudará a aprender sobre negociación y a acercar diferentes puntos de vista. Enfócate en las coincidencias por minúsculas que sean, y haz más de eso permanentemente; para sacar el foco de lo negativo y traspolarlo a lo positivo -aspecto que siempre está presente, por más que no lo detectes a simple vista-. Al ejercitar esta forma de innovación emocional estarás un paso adelante para ser más asertivo en tu trabajo y en tu vida cotidiana.
Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur