Estamos cansados de escuchar que cada día aumenta la desmotivación laboral y que el estrés no cesa, y todo ello por un único fin: (a priori) más beneficios. Pero esto no siempre va de la mano de unos mejores resultados. Un equipo desmotivado y descontento puede perjudicarnos mucho y para que esto no ocurra, los empresarios y departamentos de RRHH deberían tener en cuenta que es necesario incentivar a los empleados de alguna manera.
Incentivar a los empleados, ¿Por qué?
Motivación: Un equipo motivado es un equipo que da mejores resultados.
Atrae al talento externo: Una empresa con unos empleados contentos es una empresa en la que se quiere trabajar.
Imagen: Los empleados no dejan de ser un público de nuestra organización y transmitir los esfuerzos de una empresa hacia su mayor activo ayuda a mejorar su imagen de marca.
Aprendes y mejoras: Los incentivos y unas buenas condiciones laborales convierten al empleado en un profesional proactivo que aportará ideas, feedback y propuestas de mejora.
¿Qué tipo de incentivos para empleados existen?
Crear una atmósfera de trabajo favorable: Aumentar el espacio que haya entre mesas para que se pueda caminar tranquilamente; habilitar zonas de descanso, cocina o espacios de reuniones aislados con el fin de que el espacio de trabajo esté mejor repartido.
Flexibilidad del horario laboral: A veces la existencia de un horario de trabajo férreo imposibilita que haya cierta fluidez en el mismo. Una flexibilidad de los horarios permitirá a los empleados trabajar sin preocupaciones por horas de entrada y salida, eso sí siempre cumpliendo con un sistema de trabajo firme.
Incentivos dentro de la oficina: Establecer los objetivos del mes y actividades colaborativas entre los trabajadores, con el fin de aumentar la productividad y la competencia interna, y mejorar el rendimiento de los empleados, en especial de aquellos que a veces no cumplen las expectativas. Darles la oportunidad de mostrar las habilidades que poseen.
Reconocimiento de los logros: Ya sea a través de un incremento salarial o vacacional, pero siempre aprovechando para recompensar el esfuerzo que demuestran los empleados en el día a día. Esto hará que el rendimiento incremente con el paso del tiempo.
Mejorar las expectativas de futuro: Fomentar el crecimiento interno en la empresa, sobre todo para aquellos empleados que aún acaban de incorporarse con el fin de que éstos progresen en su labor diaria. Para retener el mejor talento en nuestra empresa es necesario apostar por él, ofreciéndoles un compromiso de futuro.
Crear eventos sociales para conocer mejor a los empleados: Realizar actividades fuera de la empresa que fomenten la unidad empresarial. Que los empleados dispongan de días para poder practicar actividades y fomentar el ocio común en la empresa.
Escuchar a tus empleados: Deja que sean tus trabajadores los que realicen propuestas para mejorar los hábitos en la empresa, ya sea para incrementar la productividad y fomentar una mayor unidad en el equipo de trabajo. Has de tener en cuenta que si ellos tienen claro un objetivo, es más fácil que lo cumplan si lo llevan a cabo lo antes posible. También que exista feedback en torno al trabajo que se realiza, algo que cada vez se está demandando más por parte de las nuevas generaciones (los Millennials son un ejemplo).
Concédeles autonomía: Que tus empleados vean que delegas en ellos responsabilidades, de este modo desarrollarán una mayor conciencia de responsabilidad sobre su trabajo.
Fomenta espíritu de equipo: Mencionamos con anterioridad que es importante dar autonomía a los trabajadores, no obstante es necesario que exista un trabajo entre los distintos departamentos de la empresa con el fin de que el trabajo fluya de una manera más natural.
Actualidad Laboral / Con información de MD USA