Un artículo publicado por la prestigiosa publicación Harvard Business Review, destaca la necesidad de gestionar y contribuir a frenar otro tipo de contagio, el contagio emocional negativo, y hacer que las emociones positivas sean las que se propaguen, para hacernos sentir bajo control ante un momento tan incierto como el actual.
De todos es sabido que el pánico se propaga, pero los expertos nos hablan del contagio emocional, el mecanismo por el cual las emociones (positivas o negativas) de las personas se vuelven virales dentro de la comunidad, influyendo en nuestros pensamientos y acciones. Conocer ese mecanismo es clave para amortiguar el contagio emocional negativo y hacernos sentir un poco menos inseguros.
Este estudio pone de manifiesto que tenemos poca conciencia del contagio emocional y su influencia en nuestro comportamiento. Comienza cuando imitamos automáticamente las expresiones faciales, el lenguaje corporal y el tono de voz de otras personas, algo que estamos programados para hacer desde la infancia. Y lo que sucede a continuación también es 'contagioso': a través de una variedad de procesos fisiológicos y neurológicos, llegamos a sentir realmente las sensaciones que imitamos, y luego actuamos sobre ellas.
Por supuesto, tenemos motivos para preocuparnos. Pero también es fácil contagiarse de las emociones negativas de los compañeros de trabajo, del presentador de las noticias que vemos cada noche, o de nuestros amigos o familia. En efecto, estamos mimetizando su ansiedad y transfiriéndola a los demás, quienes también nos la transmiten en un circuito casi interminable de emoción negativa.
Y aunque los sentimientos son más contagiosos en persona, también se pueden transmitir online, y por correo electrónico, teléfono o cualquier otra interacción en remoto. De hecho, el aislamiento puede aumentar la soledad social, lo que puede debilitar nuestro estado de ánimo, haciéndonos aún más susceptibles al contagio emocional negativo.
También hay buenas noticias: no estamos solos, ni indefensos. Comprender cómo funciona el contagio emocional aumentará nuestra conciencia de la versión negativa de nosotros mismos, y es una forma de auto-prevención, tal y como demuestran los numerosos estudios sobre sesgos inconscientes.
Nuestra preocupación es razonable, pero comprender cómo funciona el mecanismo del contagio emocional negativo puede ayudarnos a sobrellevarlo. En otras palabras, sabremos por qué nuestras emociones legítimas aumentan debido a las interacciones con los demás, y ese conocimiento nos da poder para hacer algo al respecto.
El estudio de Harvard Business Review nos recomienda hacer ejercicio, mindfulness, actividades en línea de voluntariado, y, por supuesto, predicar con el ejemplo, abanderando el positivismo y la amabilidad, para influir positivamente en el estado de ánimo de los demás.
Se ha demostrado que, ante los malos momentos, priman más los sentimientos de esperanza que los del miedo, es decir, los sentimientos que expresan intencionalmente optimismo y gratitud, aspecto que nos llevará a un aumento de nuestro bienestar a largo plazo.
A día de hoy no hay una vacuna o tratamiento efectivo contra el Covid-19. Pero sí tenemos el poder de tomar las medidas que están en nuestras manos, y que tienen que ver con la gestión de nuestras emociones, la propagación del contrapeso positivo, y la reducción del contagio emocional negativo, que nos ayudará a superar, juntos, esta tormenta tan impredecible.
Actualidad Laboral / Con información de Equipos y Talento