Solemos asociar el teletrabajo con flexibilidad laboral, pero esta modalidad solo es para algunos, por lo regular para aquellos que tienen mayores ingresos y un nivel educativo alto, dejando fuera a colaboradores que su actividad económica no les permite trabajar desde casa. Esta brecha genera un desafío para los empleadores, sobre todo por la necesidad de flexibilizar aquellos puestos que no permiten hacer home office.
Aunque el teletrabajo se ha afianzado en los últimos años, sólo 21% de las personas en América latina y 40% en Europa y Estados Unidos, trabaja en una actividad que se puede realizar en home office, revela la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), lo cual puede acelerar la brecha de desigualdad laboral.
Áreas como administración de empresas, contabilidad, informática, tecnología de la información, ingeniería en sistemas y legal mostraron durante la pandemia una gran implementación de teletrabajo, en gran medida se debe a que la labor que realizan se basa en conocimiento y se puede realizar desde una computadora, pero ¿qué pasa con los trabajos donde la actividad es más física y se requiere estar en el lugar de trabajo? ¿La flexibilidad laboral no existe?
La respuesta debería ser sí, sí existe la flexibilidad laboral; sin embargo, en la práctica la situación es diferente. Una encuesta realizada por Evaluar detalla que las áreas de compras, salud, gestión pública, ingeniería civil y arquitectura, manufactura y producción y retail mostraron poco o cero acceso al teletrabajo.
A estos trabajos se suma los que están en la informalidad, que en su mayoría requieren estar al frente del cliente, lo cual impide realizar el trabajo a distancia. Pero también tiene que ver la cultura organizacional, debido a que los líderes continúan pensando que la productividad es sinónimo de horas y “si no te veo no trabajas”.
Aunque la mentalidad de un líder que quiere ver físicamente a los colaboradores ha cambiado, pues durante la pandemia el teletrabajo demostró que los colaboradores no requieren estar frente a la computadora ocho horas al día o ir a la oficina y cumplir un horario estricto para ser productivos, aun así requiere adoptar una cultura organizacional que implemente esquemas flexibles.
Como comentamos anteriormente, las áreas son factores fundamentales para definir si el trabajador puede hace home office, pero las habilidades de negociación también son factor, pues se ha observado que las personas que negocian con sus empleadores un trabajo híbrido logran un acuerdo para realizar trabajo remoto o definen en qué horario trabajar.
Cómo lograr la flexibilidad
Ante un regreso a las oficinas inminente, el trabajo híbrido se convierte en la mejor opción, pero existen diversas alternativas que los empleadores pueden implementar para que los colaboradores que por la naturaleza de su labor no pueden realizar un trabajo desde casa, puedan tener una flexibilidad laboral.
Hay que empezar por ser creativos, no cerrarnos a lo establecido y sobre todo escuchar a los colaboradores, porque las necesidades de uno no son las mismas del otro. Por ejemplo, un empleado que tiene hijos puede requerir más horas libres por la mañana, para llevar a los hijos a la escuela o un colaborar que cuida de sus padres o algún familiar requerirá días libres a la semana para acudir al doctor.
Lo importante es establecer metas y mantener una buena comunicación, de esta forma se pueden crear acuerdos de trabajo flexible, es decir, definir días y horarios diferentes para realizar las actividades que no se pueden hacer a la distancia.
Otra opción son los bancos de horas, por ejemplo, permitir que el colaborador realice tiempo extra y acumule horas que puede usar para compensar tiempo libre.
Las semanas comprimidas también son una opción, en esta modalidad el trabajador labora las mismas horas a la semana pero en menos días es decir se establecen horarios y días de trabajo escalonados.
El trabajo compartido también es un tipo de flexibilidad laboral, aquí dos personas realizan el trabajo de una jornada laboral. Esta modalidad permite que el colaborar aproveche su tiempo en otra actividad, como reforzar sus habilidades o terminar sus estudios, debido a que se trabaja medio tiempo.
Por último, el horario flexible permite que los trabajadores elijan su horario a lo largo de día, así decidirá si le conviene más iniciar muy temprano o más tarde y definir la hora a la que finaliza sus actividades, siempre y cuando los horarios estén dentro de los parámetros permitidos de la empresa. Esta modalidad puede medirse por resultados obtenidos al final del día o la semana.
Actualidad Laboral / Con información de ORH / Elizabeth Meza Rodríguez