La Agencia Tributaria ofrece una radiografía sobre los salarios y prestaciones de trabajadores y pensionistas, a partir de sus ingresos declarados. Esta información arroja luz sobre la devaluación salarial experimentada, en mayor o menor medida, tanto entre los ocupados con sueldos bajos como de los que perciben las remuneraciones más altas. Y, en el caso de los peor pagados, el impacto de la precariedad laboral, la temporalidad, el trabajo por horas, la rotación... Se estrecha la cúspide, en cuanto al número de los asalariados mejor pagados, y se ensancha la base de los peor retribuidos. Así, si en el 2008 casi 1,45 millones de empleados contaban con sueldos que al menos multiplicaban por cinco el salario mínimo interprofesional (SMI), diez años después no llegan al millón –son 934.000–. El colectivo se ha reducido por lo tanto un 35%.
Cifras
En paralelo, el año pasado se alcanzó un nuevo récord en la cifra de trabajadores que, según la información en manos de Hacienda, ganaron durante el 2018 una cifra inferior al SMI. Son 6,32 millones de personas, prácticamente un millón por encima del registro de hace una década (5,37 millones, un 17,7% más). El informe Mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias señala que la remuneración media, de quienes solo cobraron entre medio y un SMI en el año alcanzó los 7.735 euros.
Con respecto al 2008, el sueldo promedio declarado ha subido un 22%, al margen de la evolución de los precios. Este incremento acumulado también se ha registrado en las franjas de remuneraciones más altas, aunque destaca una subida mucho más elevada –del 35% –para los 113.000 trabajadores que superan diez veces el salario mínimo y cuyo sueldo medio, alcanza los 184.000 euros. Según el Instituto Nacional Estadística, entre enero del 2008 y diciembre del 2018 el IPC aumentó en total un 15%.
Desde Hacienda, recuerdan que esta estadística no tiene en cuenta el tiempo efectivo de trabajo o el número de meses en los que se han recibido la pensión; por lo que se produce un sesgo a la baja en el cálculo del salario y la pensión medios que se debe tener presente. Es decir, recoge los ingresos tanto de ocupados que han trabajado los doce meses del año, como los que lo han hecho solo 20 días.
Pensiones
La información de la Agencia Tributaria permite constatar también, cómo en los últimos años los salarios y pensiones medios han tenido una trayectoria muy diferente. Los primeros han sufrido, prácticamente, un estancamiento desde el inicio de la Gran Recesión y los años posteriores de recuperación, mientras que las prestaciones a los pensionistas han crecido con fuerza. De media el salario declarado al fisco se situó en los 19.800 euros anuales en el 2018, apenas un 4,3% más que diez años atrás. Este crecimiento nominal implica en la práctica una pérdida de poder adquisitivo para los ocupados.
Mientras, la pensión media ha pasado de los 11.069 euros al año en el 2008 a los 14.917 el pasado año, de forma que acumula un incremento de casi un 35%. Los de la franja de edad de 66 a 75 años cobraban de media 17.776 euros en el 2018. En todo caso, las prestaciones ya eran de inicio sensiblemente más bajas que las retribuciones salariales. Los pensionistas se han beneficiado de subidas en las que el IPC era, al menos, el referente mínimo salvo la congelación del 2010 y los cuatro años de aplicación del 0,25% de revalorización, que llevó a miles de jubilados a luchar en la calle por el mantenimiento de su poder de compra.
También pesan los mayores incrementos para las pensiones mínimas o la mejora de las prestaciones por viudedad. A lo que hay que añadir la incorporación de nuevos jubilados con carreras de cotización más sólidas. Precisamente en el 2018, Hacienda registró el mayor aumento interanual de las pensiones (5,4%) en diez años. Mientras, el anémico incremento del sueldo medio en una década tiene mucho que ver con la larga digestión de la enorme bolsa de parados y la rebaja de efectivos de casi todos los tramos de remuneración, salvo los que en el mejor de los casos rozan el salario mínimo. Ambas circunstancias han contribuido a que el sueldo medio declarado apenas haya avanzado desde el 2008.
Actualidad Laboral / Con información de La Vanguardia