Dada la fuerte caída de la actividad por culpa de la Covid-19, el Banco de España calcula que las empresas necesitarán hasta final de año en torno a 230.000 millones de euros para hacer frente a los pagos corrientes (suministros, alquileres, gastos financieros o costes de personal), las inversiones previstas y la amortización de deuda. El análisis del supervisor señala que entre abril y diciembre, cerca de 70% de las empresas –que emplea a tres de cada cuatro trabajadores– tendrán déficits de liquidez. Son diez puntos más del nivel esperado antes del estallido de la pandemia. Aunque el informe advierte que antes de la crisis, el nivel de endeudamiento estaría marcado por planes de inversión; mientras que ahora las compañías están centradas en el pago de deuda.
Pese al desplome sin precedentes de la facturación, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos destaca también, que “un porcentaje no desdeñable de empresas”, en torno a un 40%; podrá hacer frente a la situación, manteniendo “una rentabilidad positiva”. Así, espera que seguirán “generando superávits de explotación y realizar nuevas inversiones, sin experimentar un deterioro de su posición patrimonial. Además, “la mayoría de las restantes seguirían sin presentar una posición patrimonial vulnerable”. Estos resultados, afirman, “se explican tanto por la flexibilidad del ajuste de sus gastos de personal en un contexto de caída temporal de la actividad como por la fortaleza inicial de sus balances tras el largo periodo de desendeudamiento de los últimos años.”
Impacto global
Al tiempo, a partir de los datos de medio millón de compañías recabado a través de la central de balances, y realizando una
simulación con los tres escenarios sobre la pandemia dibujados por el Banco de España; esperan que casi la mitad de entre los 224.000 millones y los 238.000 millones en necesidades de liquidez, provendrán de empresas “con una probabilidad alta o muy alta de impago de su deuda”. En todo caso, el análisis defiende que hasta tres cuartas partes de este déficit de financiación puede ser cubierto, por los avales públicos que ha articulado el Gobierno a través del ICO (Instituto de Crédito Oficial).
Moratoria de préstamos
Por sectores, y en consonancia con las dificultades de liquidez por las limitaciones vinculadas a la distancia social y la movilidad; los más afectados serían los de turismo y ocio, vehículos de motor, y transporte y almacenamiento. En las citadas actividades, hasta un 87% de los negocios necesitarán financiación, o acudir a recursos propios para compensar la falta de ingresos.
Por otro lado, el supervisor actualizó ayer los datos sobre moratorias de créditos a afectados por la crisis de la Covid-19. Hasta el 31 de julio, las entidades financieras han concedido 1,19 millones de aplazamientos de hipotecas y otros préstamos, con un saldo pendiente de amortización de 45.000 millones de euros –25.000 millones están vinculadas a las moratorias impulsadas por ley–. Más del 70% de beneficiarios son asalariados. En cuanto a los autónomos, la moratoria beneficia sobre todo a los dedicados al comercio, la hostelería y otros servicios.
Actualidad Laboral / Con información de La Vanguardia