Hay 3.914.300 millones de personas en paro en España, tratando de encontrar un empleo... pero el 75% de las ofertas de trabajo no son públicas, sino que se gestionan “en el mercado oculto”, según los datos de la consultora Lee Hecht Harrison, lo que impide a miles de parados acceder a ellos, aunque estén perfectamente cualificados.
“No hablamos de ofertas de trabajo que se den por enchufe, por ser hijo de alguien, sino que incluye muchas en las que la empresa busca activamente el candidato por otros medios, como cazatalentos, y otras en las que los candidatos se ofrecen directamente a la empresa, que les contrata. Y otras en las que el empleo se consigue por contactos profesionales”, explica Marcos Huergo, director general de la consultora Lee Hecht Harrison .
Estas estadísticas corroboran los datos del CIS, que en su último estudio constató que el 45,4% de los ciudadanos habían conseguido un trabajo por contactos: un 18,6% a través de familiares; un 22,7% a través de amigos y conocidos y en porcentajes más pequeños a través del centro educativo (1,8%) y de la empresa de la familia (2,3%).
En el otro extremo, la utilidad de los servicios públicos de empleo es prácticamente nula. Según un estudio del INE analizando los datos de la EPA, a finales del año pasado sólo el 1,8% de las personas que estaban trabajando (276.900 personas) habían conseguido un empleo con la intermediación del Inem, una cifra en constante retroceso desde el 22% de los trabajadores a los que había encontrado empleo en 1999. Otro 3% de los que ahora trabajan (454.500 personas) han conseguido empleo a través de una Empresa de Trabajo Temporal (ETT).
El peso del mercado oculto para encontrar un empleo es mayor en las profesiones más cualificadas y en perfiles directivos. Así, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) elabora desde el 2012 un observatorio de la oferta de empleo que analiza los puestos de trabajo con más ofertas en su propia de base de datos y en las webs de empresas y de buscadores de internet: por estas vías las empresas buscan chóferes, vendedores, peones agrícolas especializados, soldadores, mecánicos de equipos electrónicos, guardias de seguridad, auxiliares de enfermería, dependientes de comercio, camareros, cocineros y similares. Sólo se publican ofertas de trabajos cualificados en áreas con gran falta de profesionales: médicos, ingenieros industriales, directores comerciales o profesionales de las tecnologías de la información (TIC).
También hay diferencias por sectores: el 79% de las ofertas de trabajo en la industria farmacéutica y el 78% en las TIC no se publican, mientras que en el sector químico “sólo” son el 57% las que se mueven en el mercado oculto. Los motivos son diversos, señala el estudio de LHH: por ejemplo algunas empresas a menudo buscan perfiles muy especializados y contratan a cazatalentos para encontrar a personas muy especializadas, mientras que en otros casos pueden querer incorporar perfiles claves sin que se entere la competencia. Por ejemplo, para el lanzamiento de nuevos productos o líneas de negocio. “Lo que es común es que hay más ofertas ocultas cuanto más estratégico es el empleo, y en esos casos los contactos son más importantes”, señala Huergo.
LHH, una firma especializada en recolocaciones en casos de despidos individuales o por ERE, señala que el 63% de ellos logró recolocarse por contactos, especialmente entre los hombres (el 60% de ellos, frente a sólo el 40% las mujeres) y los que tienen entre 35 y 45 años (47%), mientras que en los jóvenes el porcentaje baja hasta el 18%
Los jóvenes, efectivamente, que aún tienen pocos contactos profesionales, son los más perjudicados por la opacidad de las contrataciones: según el primer barómetro de empleabilidad de las universidades, presentado en febrero y que estudia la situación de los graduados del curso 2009-2010, el 37,2% de ellos logró su primer empleo a través de contactos.
Este “mercado oculto” perjudica también especialmente a las mujeres y, según un estudio de la socióloga Gail M. Mc Guire, es la principal fuente de la desigualdad a la hora de conseguir ascensos: porque quienes buscan a “conocidos” tienden a pensar en quienes se les asemejan y porque las mujeres asumen en general más responsabilidades familiares y tienen menos tiempo para dedicar al networking.
Actualidad Laboral / Con información de La Vanguardia