El paso produjo cierto revuelo: por primera vez desde la revolución cubana, los empresarios de la isla pueden abrir una cuenta en bancos estadounidenses y tener acceso a ella desde su país. El 28 de mayo, el Departamento del Tesoro anunció cambios en las regulaciones, para "promover la libertad de internet en Cuba, apoyar a los empresarios independientes del sector privado y ampliar el acceso a ciertos servicios financieros para el pueblo cubano".
El sector privado cubano ha crecido en Cuba desde que el gobierno permitió, en 2021, la existencia de pequeñas y medianas empresas (Pymes). Más de 11.000 empresas privadas han sido fundadas desde entonces, desde comercios de barrio hasta firmas de transporte y constructoras. Son sobre todo estas Pymes las que, con sus importaciones, han mejorado en el último tiempo la oferta de productos en la isla.
¿Un freno a la emigración?
Las medidas anunciadas permitirán también a los empresarios cubanos utilizar redes sociales con base en Estados Unidos, plataformas de pago online, videoconferencias y servicios en la nube. De este modo podrán, por ejemplo, realizar transacciones a través de internet. También los desarrolladores de software podrán ofrecer sus aplicaciones a través de las tiendas de Apple o Google, algo que hasta ahora no era posible debido al embargo.
Pero las inversiones y pagos deberán seguir efectuándose a través de terceros países: los negocios bancarios directos seguirán estando prohibidos.
"El respaldo al sector privado cubano contribuirá a mitigar la migración irregular desde la isla, al abrir más posibilidades económicas”, dijo un funcionario estadounidense, citado por el Miami Herald. Agregó que se trató de evitar, al mismo tiempo, que las medidas favorecieran a las autoridades cubanas. Tampoco habrían de beneficiarse empresas cuyos dueños tengan vínculos con el gobierno de La Habana.
Prevalece el escepticismo
El economista cubano Ricardo Torres, de la Universidad Americana de Washington DC, dijo a DW que considera "positivas” las medidas, dado que "se adaptan a la realidad de Cuba, que ha cambiado”. A su juicio, beneficiarán de seguro a algunos sectores, como el de los desarrolladores de programas de computación. También valora positivamente que se faciliten las transacciones financieras. "Pero una cosa es la intención, y otra, la práctica”, matiza.
Torres hace notar que se mantienen múltiples restricciones. Indica que los bancos y empresas estadounidenses querrán protegerse de posibles futuros reclamos legales, dado que no hay seguridad en cuanto a que el próximo gobierno de Washington mantenga en vigor las nuevas medidas. Por eso, piensa que posiblemente su aplicación práctica sea muy limitada.
Una joven empresaria de La Habana, que quiere mantenerse en el anonimato, se alegra de los anuncios, pero reacciona también con cierto escepticismo. "Sería un gran paso”, dice, refiriéndose a la posibilidad de abrir cuentas bancarias en Estados Unidos y utilizar los servicios de transferencias en línea. "Pero veremos cómo funciona en la práctica. Habrá que esperar a ver cómo se desarrolla el asunto”.
Actualidad Laboral / Con información de DW