Estados Unidos era hasta hace poco el destino preferido de los estudiantes internacionales, ya que ofrecía las mejores universidades y oportunidades laborales sin par. En el 2016, sin embargo, comenzó a mermar significativamente la cantidad de matriculados extranjeros, un patrón que se espera se mantenga a la luz de las restricciones a las visas para estudiantes, la competencia de las casas de estudio de otros países y la floja respuesta de Estados Unidos al coronavirus. El impacto de esto en la fuerza laboral será grande, según expertos, sin importar quien gane las elecciones de noviembre.
Trump cambió el sistema inmigratorio más que ningún otro presidente, para beneplácito de sus partidarios, que ven con buenos ojos su mensaje nacionalista, pero provocando la furia de sus detractores, que consideran su prédica xenofóbica e incluso racista. La Associated Press está examinando algunas de las políticas de Trump hacia la inmigración en la antesala de la votación del 3 de noviembre.
Para las universidades que ven mermar sus ingresos y las empresas que temen perder talento, el impacto es difícil de cuantificar. Pero Estados Unidos parece estar perdiendo su lustre en la escena internacional.
“Ya no es tan atractivo como antes”, afirmó Dodeye Ewa, quien está terminando la secundaria en Calabar, Nigeria.
A diferencia de dos hermanas mayores que están estudiando en Estados Unidos, Dodeye, quien quiere ser pediatra, piensa ir a Canadá.
El asesor de Trump en materia de inmigración Stephen Miller afirma que cuando haya una vacuna contra el COVID-19 y mejore la economía, Estados Unidos recuperará su aura.
“Nuestra mejor posición económica hará que los médicos, los científicos, los técnicos y los ingenieros más talentosos vuelvan a considerar a Estados Unidos como su destino predilecto”, manifestó.
Unos 5,3 millones de personas estudian afuera de sus países, pero en estos momentos solo el 23% de ellos lo hacen en Estados Unidos, comparado con el 28% del 2001, según la Asociación de Profesores Internacionales (API, más conocida por sus siglas en inglés, NAFSA).
La cantidad de matriculaciones nuevas de estudiantes extranjeros en Estados Unidos cayó los últimos tres años: Un 3% en el 2016, un 7% al año siguiente y un 1% en el 2018, de acuerdo con el Instituto de Educación Internacional. El National Student Clearinghouse Research Center habla de una caída del 13,7% en la cantidad de estudiantes internacionales.
El gobierno lo atribuye al alto costo de las matrículas, pero los estudiantes y funcionarios universitarios lo ven de otra forma.
En IIT, una universidad de Chicago con renombrados programas de ingeniería, ciencias de la computación y arquitectura, la inscripción de estudiantes extranjeros cayó un 25% entre el 2016 y el 2018.
La pandemia agravó la situación, incluida una orden del gobierno de Trump que rigió poco tiempo por la cual se exigía a los estudiantes extranjeros que tomasen clases virtuales exclusivamente. Los estudiantes cayeron presas del pánico, las universidades se quejaron y hubo demandas.
El Departamento de Seguridad Nacional fijó límites a las visas estudiantiles el mes pasado. En lugar de permitir a una persona permanecer en el país mientras esté estudiando, se dispuso que las visas pueden ser restringidas a cuatro años. Las de sirios e iraníes permiten estadías de solo dos años.
Las autoridades nacionales dicen que esta es una forma de combatir el fraude e impedir que los estudiantes se queden una vez vencidas sus visas. Las casas de estudio no son de la misma opinión.
“De entrada impusieron una primera tanda de restricciones a los ingresos de extranjeros, llevaron su retórica a la práctica y crearon mucha incertidumbre”, declaró Rachel Banks, una directora de NAFSA. “Si decido estudiar en Estados Unidos, ¿podré completar la carrera?”.
El gobierno de Trump habla de reducir el Entrenamiento Práctico Opcional, un popular programa que permite trabajar a los estudiantes internacionales. Unos 223.000 estudiantes participaron en ese programa en el año lectivo de 2018-19, según el Instituto de Educación Internacional.
Este mes el gobierno anunció que planeaba limitar las visas H1-B para trabajadores especializados, que a menudo son concedidas a estudiantes. Dijo que lo hacía para proteger las fuentes de trabajo de los estadounidenses en esta época de pandemia.
El demócrata Joe Biden dice que dará marcha atrás con algunas de las medidas de Trump en el terreno de la inmigración.
Casi el 60% de las casas de estudio estadounidenses dijeron que el panorama político y el ambiente reinante contribuyeron a desalentar la llegada de estudiantes extranjeros, según un estudio del 2019 del Instituto de Educación Internacional.
También mencionaron las dificultades para conseguir visas. Bajo el gobierno de Trump la cantidad de visas estudiantiles mermó un 42%, de las 700.000 del 2015 a las 400.000 del año pasado, de acuerdo con cifras del Departamento de Estado.
Varios países están facilitando las cosas a los estudiantes extranjeros. Canadá, por ejemplo, considerará parte del tiempo que estudiaron en el país para satisfacer los requisitos de residencia para sacar la ciudadanía. El Reino Unido les permite quedarse dos años después de completados sus estudios para que puedan buscar trabajo. Australia despejó el camino para que los estudiantes de Hong Kong se naturalicen.
“Ellos ofrecen certezas y flexibilidad a sus estudiantes internacionales y nosotros, desafortunadamente, transmitimos incertidumbre y rigidez”, declaró Sarah Spreitzer, directora del Consejo Americano de Educación.
Actualidad Laboral / Con información de AP