Todo el mundo desea demostrar seguridad. Sin embargo, hay una gran diferencia entre parecer seguro y realmente estarlo. La verdadera confianza viene de dentro. Podemos sentirla en otras personas, y podemos sentirla en nosotros mismos. Se comunica a través de gestos, en cómo nos comportamos y en lo que decimos a los demás.
Estas son 7 frases que la gente segura utiliza todo el tiempo.
No lo sé
Las personas que no se sienten verdaderamente seguras sobre sí mismas suelen intentar parecer que lo están. Temen que los demás no las tomen en serio, así que intentan dar la imagen de que están seguras.
Por otro lado, las personas seguras de sí mismas no tienen miedo de responder a las preguntas con sinceridad, incluso cuando no saben la respuesta. "No lo sé, pero esa es una buena pregunta" es una variación del típico no lo sé, al igual que, "No estoy seguro, pero voy a averiguarlo".
La gente cree que para ser un líder hay que saber qué hacer en todo momento. Eso es una falacia. No es necesario que lo sepas todo; debes estar dispuesto a descubrir cosas nuevas. Hay que ser capaz de escuchar atentamente a las personas mejor informadas que tú y luego tomar una decisión. La confianza no consiste en tener todas las respuestas; sino en estar cómodo buscándolas.
Lo siento
Las personas inseguras no suelen estar dispuestas a decir "lo siento" debido a que lo perciben como una debilidad. Hacen todo lo posible para culpar a los demás en lugar de asumir su responsabilidad. Les aterroriza que si dicen algo del tipo "Me he equivocado", lo que realmente están diciendo es "Soy malo".
La gente confiada, por otro lado, puede decir "Lo siento. Lo he arruinado todo. ¿Podemos empezar de nuevo?" O, "Lo siento. No acabo de dar cuenta que lo que he dicho ha tenido estas consecuencias. Me gustaría tener la oportunidad de hacerlo mejor la próxima vez. ¿Qué te parece?" Pedir disculpas cuando has cometido un error es un rasgo típico de las personas seguras de sí mismas.
No
"No" es una frase completa. También es una de las frases más difíciles de aprender a decir, especialmente si te has criado en un hogar en el que no se te permitía decirlo. Si no te permitían ponerte unos límites saludables cuando eres niño (o si te castigaban por hacerlo), es bastante probable que te hayas convertido en una persona que intenta agradar a los demás todo el tiempo.
Enfrentémoslo: La mayoría de la gente tiene límites. Se necesita práctica para aprender a decir sí únicamente cuando se quiere decir sí, y cómo decir no con tacto pero con firmeza.
Las personas seguras de sí mismas practican los buenos límites. Dicen "no" cuando lo necesitan. Confían en que los demás no les hagan sentir mal por decir que no, y entienden que si alguien rechaza sus límites de una manera irrespetuosa, es esa persona la que está equivocada, no ellos.
¿Cómo estás?
La confianza proviene de la conexión. ¿Por qué? Porque cuando sabes que estás realmente conectado con otros - cuando hay personas con las que te sientes seguro de ser tú mismo - eres capaz de asumir riesgos. Estás dispuesto a lanzarte a la piscina porque eres consciente de que si te caes, va a haber alguien para ayudarte.
Esta capacidad de conectar profunda y auténticamente se refleja en el lenguaje cotidiano de una persona segura de sí misma. Cuando preguntan: "¿Cómo estás?", lo dicen en serio.
Tengo algo que decir
La gente confiada habla. Están dispuestos a expresarse aunque sepan que puede generar algún conflicto, especialmente cuando lo que digan puede tener repercusiones para el equipo o la organización en su conjunto. No buscan el conflicto, pero son capaces de defender aquello en lo que creen.
Sí, gracias
Las personas seguras de sí mismas saben cómo recibir cosas. No excluyen a todo el mundo. Tienen una base segura de apoyo (amigos, un cónyuge cariñoso, una familia sana) y aceptan el apoyo de su tribu. Saben cómo pedir ayuda cuando la necesitan. No creen que puedan hacerlo todo por sí mismos; saben que se necesita un equipo.
Cuéntame más al respecto
En lugar de intentar defender su opinión todo el tiempo, las personas seguras de sí mismas se toman el tiempo para escuchar atentamente lo que su interlocutor está diciendo en realidad. Si no algo entienden, se esfuerzan en hacerlo. No asumen que entienden el punto de vista de la otra persona; preguntan.
Actualidad Laboral / Con información de Ihodl