“La empresa que no tiene un liderazgo transformacional está destinada a morir”, aseguró Victoria Holtz, CEO de Moveminds Latinoamérica. Su predicción se vincula a la importancia que tiene este estilo de gestionar a los equipos de trabajo, basado en un enfoque en el futuro, en tendencias y en una escucha activa de los colaboradores.


“El mercado está siendo más inteligente y está exigiendo cosas más importantes a nivel de responsabilidades. Las nuevas generaciones nos están obligando a cambiar, a ser personas y organizaciones con más responsabilidad social, con más cuidado del ambiente y de la gente. Las empresas que carecen de estos líderes van a morir porque también su talento se va a ir”, expuso la especialista en entrevista.


Durante su participación en el Summit 2022 de Great Place to Work (GPTW), Victoria Holtz señaló que los liderazgos transformacionales son los perfiles que necesitan las empresas para hacer frente a los retos y un futuro cada vez más impredecible. Pero desarrollar este estilo de gestión no es sencillo e implica una transformación importante que comienza por liderar con el ejemplo y ser más ágil.


“El liderazgo transformacional tiene una visión de lo que va a suceder en el futuro, está inmerso en las tendencias y en escuchar a los mercados y a su gente. Esto es lo más importante porque algunos están muy enterados de las noticias, pero no escuchan a su gente, escuchan a su equipo cercano, pero no al del punto de ventas, por ejemplo. Aquí podríamos hablar de líderes maravillosos que conocen a toda su gente, son personas que le dedican tiempo a lo importante y no sólo a lo urgente, dedican tiempo a lo estratégico y no sólo a lo táctico”, explicó.


Sin embargo, para alcanzar este estilo de liderazgo se tienen que romper muchos paradigmas en las organizaciones, desde la dificultad de desaprender para desarrollar nuevas competencias y conocimientos hasta la apertura para que las personas compartan su punto de vista.


En su ponencia, Victoria Holtz destacó que hay al menos 12 barreras que no le permiten a los jefes convertirse en líderes transformacionales, estas son:




  • Dificultad para desaprender y quitar perjuicios

  • No dar autoridad a otras personas

  • Que las personas no digan lo que realmente piensan

  • Ignorar lo que dicen lo demás

  • Querer tener todo claro

  • No reconocer que no se sabe todo

  • No tener tiempo para implementar nuevas estrategias

  • Pensar que todo lo que ocurre es grave

  • Asumir que todo será sencillo

  • Ceguera cognitiva; es decir, no saber, pero actuar como si se supiera

  • Dudar de la capacidad para implementar nuevos procesos

  • Olvidar los objetivos profesionales


“Un gran porcentaje de los líderes no se da cuenta que no tienen un estilo transformacional hasta que hay consecuencias graves, cuando los resultados van para abajo, el talento se va o las personas se lo dicen. A veces cuando ya se dan cuenta, ya es demasiado tarde. Lo más importante como líder es tener un radar constante de aceptación de retroalimentación. Se vale preguntar qué piensa la gente de tu liderazgo, no necesitas un análisis muy grande, sólo necesitas preguntarle a tu gente. Ahora bien, si lo vas a hacer, es porque tienes la madurez de escuchar la respuesta”, subrayó.


Tormentas constantes que enfrentar


Para Roberto Mourey, presidente del Instituto Mettaliderazgo, las empresas están constantemente viviendo entre tormentas, esto significa que frecuentemente se enfrentan a situaciones cada vez más complejas.


En ese sentido, el liderazgo no puede mantenerse enfocado en resolver, sino en tomar decisiones en la medida que se van presentando las situaciones. Esto, puntualizó el especialista, implica ser más ágil y desprenderse de la mentalidad de tener todo bajo control.


“Liderar es un elemento clave, todo se construye o se destruye con el liderazgo. Liderar es influir en las personas. Pero lo más importante es cómo te lideras a ti mismo, porque la mejor forma de liderar es con el ejemplo, debo ser ejemplo viviente de los comportamientos que quiero que mi gente tenga”, señaló Roberto Mourey.


El crecimiento de una empresa, aseguró el especialista, no se vincula con el número de personas que la integran, sino con el estilo de liderazgo que se tiene y la cultura que se construye de la mano de los jefes.


“El liderazgo que muchas personas tienen se basa en pensar que se puede imponer, ordenar, controlar y hacer que las cosas suceden. Pero lo que se necesita es inspirar, persuadir y convencer, ese es el nuevo estilo de liderazgo, más humano y donde la gente no tiene que seguir al líder, sino quiere seguirlo”, concluyó.


Actualidad Laboral / Con información de El Economista