Los cambios que ha dejado la pandemia por el COVID-19 siguen transformando la forma en cómo la gente interactúa y se desarrolla en su vida diaria. En el aspecto laboral, de forma concreta, un gran número de personas se han visto en la necesidad de trabajar desde casa hace ya más 4 meses, mientras otros lamentablemente perdieron su empleo y han debido idear formas de trabajar por su cuenta para tener un sustento.
De acuerdo con la firma de investigación tecnológica Forrester existen 1.250 millones de "trabajadores del conocimiento" a nivel global, es decir, personas que pasan al menos una hora de su jornada laboral frente a una pantalla por semana. De este número, poco más del 10% (130 millones), se localizan en América Latina.
“Tenemos una gran población de profesionales que ahora están viviendo un cambio de paradigma en sus empleos, y tanto empresas como fuerza laboral deben adaptarse a ellos para continuar su crecimiento”, señala Guillermo Bracciaforte, cofundador de la plataforma de contratación de freelancers Workana.
Tomando en cuenta los cambios observados durante los pasados meses, en Workana identificaron cinco tendencias para el futuro del trabajo derivadas de la pandemia, las cuales se desarrollarán en el corto y mediano plazo.
Esquemas de trabajo más flexibles. Exceptuando a los trabajadores esenciales, el resto de empleados debió quedarse en casa y laborar de forma remota. Esto dividió a la fuerza de trabajo en tres grupos principales. Quienes no han podido acostumbrarse y prefieren la oficina; los que han visto los beneficios del trabajo remoto y ahora lo prefieren como principal forma de laborar; y quienes se inclinan por dividir su tiempo entre estas dos opciones.
Las empresas cada vez más adoptan la idea de que el trabajo no es un lugar, sino lo que hacen los trabajadores, y esto puede realizarse desde cualquier lugar en donde ellos se sientan cómodos. Por ello, veremos cada vez más esquemas flexibles que den la opción a las personas de trabajar desde casa, o bien, acudir a la oficina en horarios regulares, sin condicionarlos por la decisión que tomen.
Estímulos y prácticas que ayuden al trabajador. Una encuesta de Gartner señaló que hasta el 48% de la fuerza laboral preferirá trabajar de forma remota después de la pandemia. Quienes decidan seguir esta forma de trabajo, en algún momento necesitan de diferentes insumos para realizar su trabajo, como un equipo de computación óptimo, artículos de papelería, programas especiales para realizar su trabajo, sillas cómodas, escritorios y otras herramientas.
No todos contaban con las comodidades necesarias para realizar su trabajo desde casa, debido en parte a lo atropellado y repentino que fue este cambio. Conforme se supere la pandemia las empresas deberán proveer, o al menos facilitar, la adquisición de todos los elementos que requiera un trabajador para realizar sus tareas de manera remota, tanto para permitirles realizar su trabajo de manera correcta, como para demostrar su empatía hacia cada colaborador.
Anteponer la salud al trabajo. Los trabajadores han cobrado más conciencia que nunca de que su bienestar es la parte más importante de sus vidas. Empleados nuevos y experimentados están evitando salir en la medida de lo posible, con el objetivo de no exponerse al contagio por COVID de forma innecesaria.
De esta forma, veremos un cambio de actitud en los trabajadores, donde el bienestar físico y mental tendrá un mayor peso que antes. Cualquier práctica que exponga su salud será evitada, y se buscarán mejores planes sanitarios en este sentido, tanto para ellos como para sus familias.
Mayor atención en el apoyo por parte de empleadores. Aunque algunas personas desean volver a su espacio de trabajo habitual, también están preocupadas por mantener un buen estado físico y mental mientras operan desde casa. Las empresas se han preocupado más por estos aspectos de sus trabajadores, por lo cual los han apoyado con licencias por enfermedades, asistencia financiera y reducción de horas de trabajo.
Esta atención también se extiende hacia los trabajadores con hijos, flexibilizando sus horarios para que puedan ocuparse de su cuidado y educación. Este mayor apoyo y preocupación por la salud de los trabajadores será clave para quienes busquen un empleo en tiempos post COVID, pues preferirán colaborar con una empresa con este tipo de atención hacia ellos.
Reestructuración de tareas y procesos. Antes de la pandemia se pensaba en roles y posiciones clave para las empresas, como pilares para su funcionamiento; sin embargo, la pandemia ha hecho ver que existen otras tareas y responsabilidades cuyo peso es mayor, y que no se estaban atendiendo de manera correcta.
La redistribución de tareas y renovación de procesos que veremos en los siguientes meses tiene por objetivo eliminar o automatizar actividades rutinarias que consumen tiempo y recursos de los empleados, y que no les permiten explotar su potencial al 100%. Incluso, la tercerización de algunas responsabilidades y funciones se volverá cada vez más común, con lo cual los profesionales independientes tendrán un área de oportunidad por explotar, en donde ambas partes (empleado y empleador) obtendrán beneficios: la empresa optimizará sus tiempos, mientras que el freelancer obtendrá más proyectos e ingresos.
Actualidad Laboral / Con información de MBA Americaeconomia