Cuando buscamos un puesto de trabajo, frecuentemente pasamos por alto el impacto que un gerente o jefe excepcional puede tener en nuestra vida laboral y, en última instancia, en la trayectoria de crecimiento de nuestra carrera. Si bien es importante evaluar una organización de manera holística (es decir, su misión, reconocimientos y reputación), es igual de importante entender quién será tu próximo jefe directo.


Según James K. Harter, director de investigación de Gallup para la gestión en el lugar de trabajo, los gerentes tienen la capacidad de influir en al menos el 75% de las causas de la rotación voluntaria de personal. De hecho, según investigaciones realizadas por Gallup, el gerente inmediato es el principal factor de la rotación. Reconociendo el gran impacto que pueden tener, aquí te comparto seis rasgos clave para identificar en tu próximo jefe cuando busques trabajo.


Alguien impulsado por el equipo


Los gerentes efectivos lideran con la misión de la empresa en el corazón. En otras palabras, empoderan a quienes los rodean, especialmente a sus subordinados directos. Lo hacen entendiendo que su papel como líder depende del éxito de cada miembro del equipo. El ex CEO de General Electric, Jack Welch, lo resumió muy bien con la siguiente cita: "Antes de ser un líder, el éxito se trata de tu crecimiento. Cuando te conviertes en líder, el éxito se trata de hacer crecer a los demás".


Los grandes gerentes aprenden desde temprano que no pueden hacerlo todo solos; también conocen íntimamente a su equipo, incluidas las fortalezas y debilidades de cada individuo. Entonces, delegan el trabajo aprovechando la experiencia de cada integrante del equipo mientras impulsan al grupo hacia adelante.


Alguien que pueda entrenar e inspirar


Tu jefe no solo necesitará entrenarte y guiarte, sino que también debería poder enseñarte de una manera en la que puedas aprender. Todos crecemos y retenemos información de diferentes maneras, así que tu relación con tu gerente debería ser sinérgica. Para evaluar adecuadamente a cualquier futuro gerente, es importante conocer y entender el entorno en el que trabajas y creces mejor. Por ejemplo, ¿eres alguien que responde bien a la retroalimentación directa? ¿Qué te motiva y cómo prefieres recibir indicaciones? Basándote en tus respuestas a algunas de estas preguntas, puedes determinar qué tipo de gerente funcionará mejor para ti y tu estilo de aprendizaje.


Más allá del entrenamiento, los gerentes realmente excepcionales inspiran a quienes los rodean. Al alentar a los subordinados directos a asumir riesgos calculados, empujar límites y soñar en grande, infunden un sentido de pertenencia y empoderamiento. Cuando hablas con posibles empleadores, deberías salir de las entrevistas con el gerente de reclutamiento y selección sintiéndote motivado y energizado por la posibilidad de trabajar para ellos.


Alguien que brinde independencia


Todos hemos escuchado el término microgestión y la connotación negativa que tiene. Un buen gerente proporciona instrucciones; un gran gerente fomenta la autonomía. Busca líderes dispuestos a darte el espacio necesario para experimentar, innovar y lograr. Los gerentes efectivos no tienen miedo al posible fracaso, y aunque no comprometen los resultados, dan a los subordinados directos la libertad de generar nuevas ideas, reinventar la rueda y pensar de manera innovadora.


Alguien que lidere con empatía


La empatía juega un papel fundamental en cómo entendemos y nos relacionamos con las personas que nos rodean. El requisito previo para gestionar personas es simplemente entenderlas, los grandes gerentes lideran con empatía. La empatía es, sin duda, la característica más importante que un gerente debe poseer; ayuda a establecer una relación de respeto y confianza. Cuando los líderes se preocupan genuinamente por el bienestar de los miembros de su equipo, se crea una cultura de compañerismo. Los empleados se sienten valorados y apreciados, lo que deriva en una mayor satisfacción laboral, mayor integridad y una menor rotación.


Un gerente empático considera el impacto de sus resoluciones en el día a día de los empleados y explica el razonamiento detrás de la toma de decisiones más grandes que afectan al equipo. Además, celebran los logros y avances de sus subordinados directos mostrando activamente su aprecio.


Alguien que sea transparente y honesto


Un buen jefe no solo es honesto cuando le conviene, sino también cuando le es difícil, en los negocios, a veces se tienen conversaciones complicadas. Al mantenerse abierto y transparente, un gerente efectivo no deja a su equipo en la oscuridad. Reconoce que mantener informado a su equipo, especialmente durante los momentos de crisis o incertidumbre, es crucial para mantener la moral. El gerente a menudo establece el tono para todo el equipo, así que, si lidera con un sentido de apertura y comprensión, es más probable que el equipo adopte la responsabilidad y la transparencia en su actuar.


Alguien que no solo oiga, sino que también escuche


Como cualquier relación, la que hay entre tú y tu jefe depende de una comunicación fuerte y efectiva. Un gran gerente escucha primero y habla después. Dar a su equipo el 100% de su atención durante las reuniones grupales e individuales empodera a los subordinados directos para que se apropien de los proyectos, permitiéndoles convertirse en los expertos en la materia para la que fueron contratados.


Durante tus entrevistas, aprovecha la oportunidad de interactuar con tus posibles futuros colegas. Observa cómo los empleados, que actualmente trabajan bajo la supervisión del gerente de contratación, se expresan y qué opinión tienen sobre su supervisor. Esto puede proporcionar información valiosa sobre el entorno de trabajo y el estilo de liderazgo.


Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur