01-11-2023

AK Ikwuakor, un coach de ventas de Google de 38 años, que trabaja a diario con líderes de todo el mundo, tuvo una conversación con Business Insider, sobre su experiencia como coach de ejecutivos, formador de equipos corporativos y consultor, que ha trabajado con líderes y equipos de empresas recién constituidas hasta grandes conglomerados globales como Google, Duke Basketball y el Departamento de Estado de Estados Unidos.


kwuakor ha entrenado a muchos ejecutivos que se sienten abrumados por las responsabilidades que tienen tanto en el trabajo como con la familia mientras intentan establecer rutinas constantes de salud y ejercicio. Pero algunos ejecutivos han descubierto cómo superar estos retos profesionales y personales poniendo en práctica hábitos eficaces.


Estos son los 4 hábitos que los líderes con más éxito hacen:


Son decisivos y buenos comunicadores


Los mejores líderes con los que he trabajado entienden la importancia de la toma de decisiones en el liderazgo, pero saben que implica algo más que ser decidido: también es importante cómo se comunican y cómo traducen las decisiones en acciones. Es como un taburete de 3 patas en el que cada elemento es esencial para el éxito.


He visto a líderes excepcionales tomar decisiones bien informadas y pensadas. Revisan la información disponible y analizan los posibles riesgos y beneficios, al tiempo que confían en su instinto. También transmiten el razonamiento que subyace a sus decisiones y comparten los resultados esperados y el impacto con las personas implicadas.


La mejor decisión puede fracasar si no se traduce en acción, por lo que los líderes exitosos crean un plan, asignan responsabilidades y proporcionan a las personas recursos y apoyo.


Trabajan constantemente en la superación personal


Cuando he trabajado con buenos líderes de todo el mundo, otra característica común que he visto en ellos es que entienden que el liderazgo no es una función fija, sino dinámica.


Los ejecutivos de éxito a los que he entrenado no se limitan a sentarse y esperar lo mejor; invierten activamente en sí mismos y en su propio desarrollo, buscando orientación de distintas fuentes, como entrenadores de oratoria, coaches ejecutivos, entrenadores personales y hasta asesores espirituales que puedan aportarles perspectivas únicas.


Parte de esto implica profundizar en su negocio y en el mercado en general para así convertirse en líderes de opinión en su sector.


Por ejemplo, trabajo con líderes tecnológicos que están al tanto de los avances en IA. Asisten a conferencias y se divierten con expertos en la materia. Los líderes financieros de éxito asisten a seminarios, se sumergen en libros de economía y se unen a grupos mastermind para perfeccionar sus conocimientos. Mantienen la curiosidad y no llegan al punto de sentir que lo saben todo.


Son expertos en construir relaciones


Mantener un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal es el mayor reto para los líderes. Los líderes excepcionales aplican a sus relaciones personales –incluida su familia y seres queridos– los mismos principios que aplican a sus empleados y miembros del consejo de administración.


Escuchan activamente, empatizan y se esfuerzan por comprender sus necesidades y perspectivas. Los hábitos que desarrollan para ello es hacer del tiempo de calidad con la familia una prioridad, participar en conversaciones abiertas y asegurarse de que sus compromisos personales se alinean con sus valores.


Tienen un temperamento equilibrado y piensan a largo plazo


He visto líderes ineficaces comportarse como operadores diarios en un parqué caótico.


Son demasiado reactivos a los altibajos diarios de la gestión de una organización o de la dirección de un equipo. Se dejan llevar por las fluctuaciones del mercado a corto plazo o toman decisiones impulsivas. Su ansiedad y reactividad exacerbadas crean remolinos y pánico innecesarios dentro de la organización.


El objetivo de los líderes de éxito es el contrario: mantener la inteligencia emocional mientras ejecutan sus objetivos diarios. No se trata de dejarse atrapar por el ruido del día a día, sino de tomar decisiones pensando en la trayectoria de crecimiento de su empresa. Se centran en el panorama general y mantienen un rumbo firme, superando las fluctuaciones a corto plazo.


Por eso los grandes líderes tienen una mentalidad de inversores a largo plazo y mantienen un temperamento equilibrado. Afrontan los retos con calma y serenidad, guiados por sus objetivos últimos. Tienen una confianza inquebrantable en su dirección estratégica y consiguen que su equipo se adapte a las circunstancias cambiantes.


Ser un gran líder no se limita a las empresas de la lista Fortune 100 o a sectores industriales específicos.


Los líderes excepcionales pueden encontrarse en organizaciones de todos los tamaños y a distintos niveles. Sin embargo, independientemente de dónde se encuentren, el mundo mide el éxito de un líder por sus resultados empresariales tangibles. Sin embargo, en el caso de los ejecutivos, el éxito suele medirse en función de cómo se desenvuelven en la cuerda floja de los retos profesionales y personales.


Al adoptar estos 4 hábitos, los líderes pueden desarrollar todo su potencial y crear un impacto duradero en sus vidas en el trabajo y en casa.


Actualidad Laboral / Con información de Business Insider