No es nuevo, y cada vez sorprende a menos gente (expertos y profanos), que las estrategias de búsqueda de pareja se tengan en cuenta para obtener una materia prima que resulta de inmenso valor en el negocio del reclutamiento: la afinidad. Dominar ésta supone casi tener superpoderes para acertar con los mejores candidatos a un puesto de trabajo. Y esto, en el mercado laboral de hoy, significa dar en el clavo con aquellos profesionales que mejor se adecúan a las necesidades y exigencias de las empresas. Es una búsqueda crítica de la media naranja profesional.
Este dominio de la afinidad, que resulta determinante para reducir la tasa de fracasos cuando se trata de conectar a empleadores y candidatos, es el argumento que ha llevado a un buen número de portales y empresas de contactos a meterse en actividades de reclutamiento. Ejemplos de esto son OKCupid o eHarmony, la empresa que presume de dominar 29 dimensiones clave de la compatibilidad que permiten predecir las relaciones con éxito. La audacia de estas compañías se apoya en la evidencia de que las estrategias de buscar pareja se asimilan cada vez más a las que se usan para rastrear un empleo.
Una nueva ecuación
Hanah Fry es una matemática del UCL Centre for Advanced Spatial Analysis en Londres, que ha escrito el libro The Mathematics of Love (Las matemáticas del amor), en el que describe y da solución (matemática) al "problema de la unión estable", es decir, al reto de conseguir la afinidad entre dos entidades.
Parece claro que existe una mutua selección y atracción natural entre personas y empresas, y que la química personal supone un factor importante en los procesos de reclutamiento. Hay quien piensa que un proceso de selección tiene que ver con una posible cita y con una campaña de marketing de uno mismo. Se tiende a valorar no sólo las capacidades técnicas y las que tienen que ver con competencias, sino también las de tipo relacional. Si se conoce a las personas con las que un candidato va a trabajar, es posible determinar cómo va a encajar en la nueva compañía.
Según Fry, el mejor factor de predicción de las relaciones de larga duración se basa en la positividad o negatividad con la que se trata la pareja, y así las relaciones exitosas son las que tienen un umbral muy bajo de negatividad: "En esas relaciones, las parejas se permiten la queja, y trabajan juntas para reparar constantemente los conflictos. Las parejas felices tienden a tener interacciones más positivas que negativas, y por lo tanto son más proclives a otorgarse mutuamente el beneficio de la duda. Cuando hay un problema, lo normal es que lo aborden rápidamente para arreglarlo y seguir adelante".
La cuestión es que buscar el mejor candidato para un puesto o tratar de detectar al socio más adecuado -la búsqueda del número uno- puede ser estresante. Fry utiliza para esto el símil de la búsqueda de pareja. Cómo encontrar a la ideal... En esta situación, asegura que se debería rechazar al primer 37% de los pretendientes para decidirse definitivamente por la siguiente persona que se conozca, y que siempre será mejor que las que vinieron antes.
Siguiendo esta teoría, si tienes pensado quedar con 10 personas, deberías rechazar a las primeras cuatro con las que contactes. Si pretendes quedar con 20, rechazarás a los ocho primeros...
Fry cree que esto se puede aplicar también a periodos de tiempo: si empiezas a salir con gente a los 15 años y decides que te casarás cuando tengas 35, deberás rechazar al primer 37% en esa ventana temporal. Si no sigues esta estrategia y escoges al azar tendrás apenas un 5% de oportunidades de encontrar al "amor verdadero".
Estas fórmulas se pueden aplicar a la selección de personas. Así, quien busca un profesional para un puesto, y entrevista candidatos, nunca sabe si hay alguien fuera que podría ser mejor. Pero no puede pasarse la vida en el proceso de selección, y en algún momento tendrá que tomar una decisión. Aquí es donde Fry propone aplicar el filtro del 37% de candidatos o el del tiempo.
Por supuesto, Fry tiene respuesta para la pregunta de qué pasa si el candidato ideal aparece durante esa primera fase de rechazo. Se muestra partidaria de fiarlo todo a una delgada línea de equilibrio: decidir entre la espera paciente de la persona adecuada o la posibilidad de sacar provecho antes de tiempo.
Tiempo y espera parecen ser la clave en un escenario laboral en el que el elevator pitch con el que los candidatos deben convencer a los empleadores es cada vez más complicado.
Parece claro que los reclutadores apenas leen los tres primeros párrafos de cada currículo. Y además de esa escasa atención hacia lo que se dice en él tampoco dedican demasiado tiempo a cada caso concreto. Algunos estudios cifran entre 6 y 20 segundos la media de atención que un reclutador presta a cada currículo, por lo que resulta cada vez más necesario buscar nuevas formas de impactar al seleccionador en un tiempo récord para conseguir una cita... Que en el mundo de la selección se conoce como entrevista de trabajo.
Actualidad Laboral / Con información de Expansión