Es el último mes del año y las actividades que organizan las empresas sirven para generar una instancia de relajo e integración, donde los empleados se reúnen para coronar un periodo de arduo trabajo. "Es la ocasión para que personas que se conocen sólo de nombre puedan ponerle un rostro a la voz, y para compartir con aquellos con los que, en general, el tiempo no lo permite", comenta María Cecilia Álvarez, consultor senior en People & Partners.

Según datos de Adecco, el 50% de las celebraciones se realiza con una fiesta, cena y/o amigo secreto. La otra mitad opta por paseos al aire libre y asados en lugares físicamente alejados del lugar de trabajo. Para María Angélica Zulic, gerente general de Laborum.com, los efectos positivos de este tipo de festejos dentro de las organizaciones son enormes: crean un buen clima de trabajo entre sus trabajadores, lo que se traduce en mayor productividad, identidad cultural, sentimiento de pertenencia, trabajo colaborativo, participación y compañerismo, entre otros.

"Las fiestas generan que personas de distintas áreas y niveles interactúen, facilitando así las relaciones y comunicaciones. Eso finalmente influye en que las tareas se realicen de forma exitosa", afirma Zulic.

Al respecto, información entregada por Mandomedio indica que el 70% de las empresas que alinean a sus trabajadores entregando feedback en alguna instancia de camaradería, tienen mejor clima laboral y un mayor compromiso de sus trabajadores, porque las personas aprenden y, a la vez, disfrutan de su lugar de trabajo.

"Más allá del tipo de celebración que la empresa elija, es importante que ésta se realice con sentido y que no sólo justifique el uso de los recursos destinados a esta área. Es fundamental que los colaboradores noten que se está haciendo con cariño y dedicación, y no por un procedimiento más de fin de año", recalca el gerente de Mandomedio, Rodrigo Correa.

Actualidad Laboral / Con información de Emol