Unos 5,9 millones de filipinos salieron de la pobreza entre 2015 y 2018, período que coincide con gran parte de la primera mitad del mandato del presidente Rodrigo Duterte, y redujo en cuatro puntos las desigualdades entre ricos y pobres. Durante estos tres años, el índice de pobreza se redujo 2,23 puntos por año hasta quedar en el 16,6%, según datos publicado hoy por la Autoridad Filipina de Estadísticas (PSA, en inglés).
Las cifras reflejan que 17,6 millones de filipinos -unos 3 millones de familias- aún viven por debajo del umbral de la pobreza, fijado en los 10.727 pesos mensuales (190 euros o 210 dólares) que la PSA estima necesarios, para cubrir las necesidades básicas de una familia de cinco miembros. De ellas, 800.000 familias viven en extrema pobreza, sin el dinero suficiente para adquirir la cantidad adecuada de alimentos, con menos de 7.528 pesos (133 euros o 148 dólares) mensuales.
Las estadísticas publicadas hoy también reflejan que la desigualdad entre ricos y pobres pasó de 25,1% en 2015 a 21,8 % en 2018. Los datos suponen un "progreso significativo" y colocan a Filipinas en el camino de cumplir la promesa de Duterte de reducir la pobreza al 14 % para el fin de su mandato, en junio de 2022; y, poder erradicar la pobreza extrema para 2030, señaló la Autoridad Nacional de Economía y Desarrollo (NEDA).
"La implementación sostenida, expansión y mejora de los programas de asistencia social del gobierno proporcionaron ingresos adicionales a los sectores más pobres de la sociedad", señaló en rueda de prensa el director de NEDA, Adoracion Navarro.
Las mayores tasas de pobreza todavía se concentran en la región de Bangsamoro y en las islas de Sulu y Basilan, en el área conocida como Mindanao musulmán, donde el desarrollo se ha visto lastrado por décadas de conflicto armado con grupos rebeldes y yihadistas.
Actualidad Laboral / Con información de Unión Radio