07-06-2017
El Gobierno de Filipinas suspendió indefinidamente el envío de trabajadores del país a Catar por la crisis surgida después de que Arabia Saudí y otros seis países rompieran relaciones con el emirato.
"Es para prevenir un posible problema en Catar. Por ejemplo, como ustedes saben, Catar no produce los alimentos que consume. Si sucede algo y se quedan sin comida, nuestros trabajadores serían las primeras víctimas", argumentó el secretario de Trabajo, Silvestre Bello III, en una rueda de prensa en Manila.
La medida, puesta en vigor de forma indefinida mientras el Gobierno evalúa el alcance de la crisis en torno al emirato, afecta tanto a los aspirantes a trabajar en Catar que todavía tienen su solicitud en trámite como a aquellos cuyo despliegue ya está confirmado.
Por su parte, la Oficina Presidencial de Manila prometió "ampliar la asistencia y otro tipo de apoyo a los trabajadores filipinos (en Catar) que pudieran verse afectados por esa acción", según un comunicado de su portavoz, Ernesto Abella.
El Ministerio de Relaciones Exteriores catarí estima que hay unos 220.000 trabajadores filipinos en el emirato, aunque las autoridades de Manila tienen registrados oficialmente 141.000.
Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Baréin anunciaron la ruptura de relaciones diplomáticas con Catar y ordenaron el cierre de las fronteras terrestres y del espacio aéreo y marítimo a los medios de transporte de este país.
Los gobiernos de las Maldivas, Yemen y Libia se sumaron a la medida, sustentada en la acusación al Gobierno dirigido por el emir Tamim ben Hamad al Zani de financiar a organizaciones consideradas terroristas, como el Estado Islámico, Al Qaeda y los Hermanos Musulmanes.
Catar ha rechazado las acusaciones al considerarlas "calumnias injustificadas", y ha asegurado que "lucha contra el terrorismo y el extremismo", mientras la comunidad internacional busca modos de poner fin a esta importante crisis diplomática.
Actualidad Laboral / Con información de Terra