Hace unos meses un investigador pronosticaba que, si nada cambia, en el 2045 la mitad de los puestos de trabajo estarían ocupados por robots. Algo menos catastrofistas (aunque en la misma línea) son las cifras de este estudio, que auguraba que para 2021 los robots habrán eliminado el 6% de todos los puestos de trabajo en Estados Unidos.

Podríamos citar una y mil fuentes y, cifra arriba cifra abajo, todas coinciden en una cosa: la automatización de los procesos traerá destrucción de trabajo, aunque eso sí, en mayor o menor medida en función del grado de complejidad de cada puesto.

En Finlandia lo saben y haciendo gala de su cultura disciplinada, han diseñado un programa piloto dirigido a ciudadanos desempleados, consistente en concederles durante dos años un pago de 560 euros al mes libres de impuestos. Esto, que bien podría considerarse como un subsidio al desempleo, lo han bautizado como “renta básica universal” y lo que pretende es incentivar la iniciativa emprendedora.

La Seguridad Social de Finlandia (Kela) ha elegido aleatoriamente a un grupo de 2.000 ciudadanos entre los desempleados del país, de edades comprendidas entre los 25 y 58 años, para que desde enero de 2017 y diciembre de 2018 (ambos meses inclusos) perciban esta renta básica universal.

El primer pago lo recibirán el 9 de enero de manera automática y no podrán prescindir de él ni aunque encuentre trabajo.

Se trata de un experimento con el que, según ha explicado el Kela, pretende analizar opciones para rediseñar el sistema de seguridad social finlandés y así afrontar los cambios que ya está experimentando el mercado laboral ( y que se irán acrecentando con la automatización y la incorporación de las máquinas).

Lo que en países de cultura mediterránea como Italia o España se vería como un aliciente para que el que no sale a buscar trabajo, siga sin hacerlo, en Finlandia tanto expertos, políticos como la ciudadanía en general la ven como una renta con la que fomentar la actividad económica y empresarial del país.

Hay que recordar que Finlandia es de los pocos países en la Unión Europea que no goza de un salario mínimo interprofesional, al igual que los países escandinavos. En cambio su PIB per cápita es de los más altos( 38.200 euros en 2015).

Este país nórdico no es el único que va a plantear fórmulas similares para redefinir el sistema de seguridad social; Utretch, en Países Bajos, experimentará con la renta básica universal en 2017. En Oakland (EE UU) serán mil familias las que recibirán 500 euros mensuales.

Actualidad Laboral / Con información de TicBeat