Según el informe Perspectivas Económicas Mundiales del Fondo Monetario Internacional, la tasa de desempleo de Venezuela se está elevando a niveles nunca vistos en el mundo desde el final de la guerra de Bosnia hace más de dos décadas.
El desempleo alcanzará el 44,3 por ciento en 2019 y afectará a casi la mitad de la fuerza laboral de Venezuela en 2020, dijo el FMI. La falta de empleo en Bosnia y Herzegovina llegó al 50 por ciento en 1996, inmediatamente después de su guerra interna de 3 años y medio, según la base de datos del organismo multilateral.
La crisis venezolana es una de las catástrofes económicas más profundas que haya sufrido una nación fuera de la guerra. Solo este año, la producción de la nación andina se reducirá en un cuarto, la mayor a nivel mundial desde el inicio de la guerra civil libia en 2014, según el FMI. La contracción se ha vuelto tan grande que está generando un “arrastre considerable” en el crecimiento no solo en América Latina, sino también en los mercados emergentes en general.
Muchas empresas y tiendas permanecen cerradas en lo que alguna vez fueron los distritos comerciales más concurridos de la capital, Caracas. Dentro de los barrios de Sabana Grande y Las Mercedes, pocas personas deambulan las tiendas cuyos estantes están completamente vacíos o abarrotados con un solo producto. El personal básico difícilmente puede sobrellevar la escasez y la hiperinflación; a la tasa actual, el salario mínimo mensual de un empleado de 18.000 bolívares (US$5,50) no es suficiente para pagar una Cajita Feliz de McDonald’s.
Un índice que sigue las ofertas de empleo en Venezuela cayó un 42 por ciento en marzo en comparación con el mismo mes del año anterior, según la consultora Econométrica.
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