25-07-2017
La gran preocupación del Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue siendo Venezuela, donde la entidad proyecta para este año una caída de -12%. Se trata de un reajuste a la baja de nada menos que -4,6 puntos porcentuales.

“Venezuela sigue enfrentando una crisis política y humanitaria exacerbada por una prolongada recesión económica que avanza hacia la hiperinflación. Se prevé que el PIB real se contraiga más de 10% en 2017, tras una caída estimada de 18% en 2016, a causa de las disminuciones proyectadas en la producción y la importación de petróleo, además de la mayor incertidumbre relacionada con la crisis política reinante”, señala el informe publicado este martes por el FMI.

El fondo sostiene que si se agrava o si se prolonga por mucho tiempo, la crisis plantea importantes riesgos a la baja para el crecimiento. Proyecta además que la inflación se acelerará, debido a la monetización de grandes déficits fiscales y la pérdida de confianza en la moneda.

“Si las condiciones de vida continúan deteriorándose, la crisis humanitaria de Venezuela podría salirse de control, aumentando así la cantidad de personas que migrarían a países vecinos”.

El FMI estimaba una caída del PIB de Venezuela al cierre de 2017 de 7,4 puntos porcentuales.

Por otra parte, la actividad económica del resto de los países que conforman América Latina apunta hacia una recuperación moderada, a “baja velocidad”, ya que los períodos de recesión en Argentina y Brasil parecen estar cerca del fin, según el FMI.

De acuerdo con el economista jefe del FMI para el hemisferio occidental, Alejandro Werner, la economía de la región “reanuda la marcha, pero a baja velocidad”, en un ensayo por dejar atrás “un crecimiento decepcionante” en los últimos años.

Aunque la proyección del crecimiento económico de este año haya sido revisado a la baja, de 1,1% a 1%, el FMI elevó en 0,2 punto porcentual (de 2,2% a 2,4%) su expectativa para Argentina, como ya había elevado de 0,2% a 0,3% el avance esperado para Brasil.

“La actividad económica de América Latina sigue apuntando hacia una recuperación gradual en 2017–18, ya que las recesiones de algunos países —en especial, Argentina y Brasil— están llegando a su fin”, indicó el funcionario.

Sin embargo, Werner alertó que persiste un contexto de poca confianza y con una demanda interna “débil” en la mayoría de los países de la región, y por ello “la recuperación no será sino gradual”.

Esa recuperación deberá apoyarse en la “disipación de la incertidumbre tanto política como en materia de políticas en algunas de las principales economías”, indicó.

En ese contexto, Werner advirtió que el crecimiento de la región se revierte “a una media mediocre”.

De acuerdo con el FMI, la recuperación argentina “está consolidándose” apoyada en “el estímulo que el consumo privado recibe del repunte gradual del salario real”. Además, una leve mejora de la actividad económica en Brasil podría impulsar el crecimiento de las exportaciones.

Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional alertó que “será necesario redoblar los esfuerzos para avanzar en reformas de gran alcance en el lado de la oferta”.

Con relación a Brasil, Werner destacó que el gigante sudamericano dejó atrás ocho trimestres consecutivos de contracción para pasar al terreno positivo en el primer trimestre de este año, fundamentalmente gracias a una cosecha abundante y un aumento en el precio del mineral de hierro.

Para Werner, sin embargo, la trayectoria de ese desempeño está fuertemente condicionado “debido a la continua debilidad de la demanda interna y una mayor incertidumbre en torno a la situación política y a la política económica”.

En el caso de Colombia, el FMI proyectó para este año un crecimiento de 2%, con revisión a la baja de 0,2 punto porcentual con relación a la previsión de abril de este año.

Para Chile, el FMI espera un crecimiento de 1,6%, y en Perú de 2,7%, con sensible revisión a la baja de 0,6 punto porcentual con relación a abril, cuando había expresado una expectativa de 3,3%.

Actualidad Laboral / Con información de El Estímulo