El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó este martes las perspectivas económicas promedio para América Latina hasta 1,9%, arrastradas por los ajustes de políticas económicas que enfrenta Argentina desde la llegada de Javier Milei a la presidencia de la Nación.
Según precisó el ente financiero en su informe sobre la actualización perspectivas de la economía mundial, se proyecta que el crecimiento para América Latina y el Caribe disminuya desde el 2,5% estimado en octubre de 2023 a 1,9% en 2024, mientras que para 2025 el pronóstico aumenta hasta 2,5%.
Los nuevos datos revisados corresponden a una revisión a la baja para 2024 de 0,4 puntos porcentuales respecto de al informe World Economic Outlook (WEO) de octubre de 2023.
«Como en otras economías importantes de la región, se registran mejoras de 0,2 puntos porcentuales para Brasil y 0,6 puntos porcentuales para México, principalmente a causa de los efectos de arrastre de una demanda interna más fuerte de lo esperado y un crecimiento mayor de lo previsto en los principales socios comerciales», indicó el documento.
Crecerá la economía mundial
Las proyecciones a nivel mundial son levemente más alentadoras, situándose en 3,1% para 2024 y 3,2% en 2025, lo que representa un avance de 0,2 puntos porcentuales con respecto al pronóstico publicado en octubre del año pasado, motivado por «una resiliencia mayor de lo esperado en Estados Unidos y en varias economías de mercados emergentes y en desarrollo importantes, así como al estímulo fiscal en China».
No obstante, el FMI recordó que las previsiones económicas para el 2024 y 2025 se mantienen por debajo del promedio histórico de 3,8% en el período comprendido entre los años 2000 y 2019, «debido a las elevadas tasas de interés de políticas monetarias para combatir la inflación, el repliegue delo apoyo fiscal en un entorno de fuerte endeudamiento que frena la actividad económica en el mundo y el bajo crecimiento de la productividad subyacente».
Indicaron que la inflación está disminuyendo más rápido de lo previsto en la mayoría de las regiones , mientras se disipan los problemas en el lado de la oferta y se aplica una política monetaria restrictiva.
Bajo este orden de ideas, estiman que el nivel general de inflación a escala mundial descienda a 5,8% en 2024 y a 4,4% en 2025, lo que supone una revisión a la baja del pronóstico para 2025.
«A corto plazo, las autoridades enfrentan el reto de gestionar con éxito el descenso final de la inflación hasta la meta, calibrando la política monetaria en respuesta a la dinámica de la inflación subyacente y, allí donde las presiones sobre precios y salarios claramente se estén disipando, ajustándola a una orientación menos restrictiva», detalla el informe.
Mientras tanto, visto que la inflación desciende y que muchas economías están en mejores condiciones para absorber los efectos del ajuste presupuestario: «Es preciso prestar una atención renovada a la consolidación fiscal con el fin de restablecer la capacidad presupuestaria y poder abordar shocks futuros, recaudar ingresos para nuevas prioridades de gasto y frenar el incremento de la deuda pública. La aplicación de reformas estructurales focalizadas y ordenadas reforzaría el crecimiento de la productividad y la sostenibilidad de la deuda, además de acelerar la convergencia hacia niveles de ingreso superiores».
Actualidad Laboral / Con información de Contrapunto