La ministra de Trabajo de Francia, Muriel Pénicaud, anunció hoy el establecimiento de cuotas para migrantes que quieran trabajar en el país, y a partir de las cuales, las empresas locales podrán satisfacer sus necesidades. La responsable gubernamental explicó en el canal televisivo BFM que estas listas se fijarán cada año, a partir del próximo verano; contemplarán cupos por sectores profesionales y territorios, y se realizarán en coordinación con "la agencia de empleo y los interlocutores sociales y regionales".
Además, se comprobará la capacitación profesional de los migrantes, a los que se les concederá "una visa de trabajo por un plazo fijo y un trabajo específico", y el número total de estos permisos será 'bastante modesto', entorno a 33 mil al año, dijo. Según Pénicaud, este sistema para limitar la migración económica "es bastante similar al que utilizan Canadá y Australia", y el objetivo es mejorar el sistema actual, para adecuar las necesidades de mano de obra al número de trabajadores extranjeros.
Las primeras críticas al modelo propuesto llegaron desde organizaciones sociales y políticas. Así el secretario nacional del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, pidió al gobierno que en lugar de cuotas, garantice las condiciones laborales y los derechos de los trabajadores extranjeros, tanto si vienen de fuera como si se encuentran en el país.
A su vez, el responsable de la asociación 'Francia Tierra de Asilo', Pierre Henry, consideró que la medida era puramente "cosmética e inútil", y añadió que "no tendrá ningún efecto real sobre los flujos migratorios" y solo se ha introducido "en el debate público para complacer a algunos" y dar de ese modo, una imagen de mayor dureza con la inmigración.
Actualidad Laboral / Con información de Prensa Latina