La escasez de lluvias ha obligado al canal de Panamá a reducir el calado de los buques que atraviesan la vía interoceánica, en medio de una crisis por el abastecimiento de agua que amenaza el futuro de esta importante ruta marítima.
“Este Lago Alhajuela, cada día más, se está quedando sin agua”, lamenta a la AFP Leidín Guevara, un trabajador autónomo panameño, de 43 años, que acude al lugar a pescar un par de veces al mes.
Se realiza en la temporada seca y obliga por un tiempo a los buques a reducir el volumen de la carga.
Alhajuela, junto al de Gatún, son los dos lagos artificiales que abastecen de agua al Canal de Panamá, pero ambos, en la provincia caribeña de Colón, se han visto mermados por la sequía.
La situación ha provocado que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) haya limitado por quinta vez el calado de los buques más grandes que transitan por la vía, por la que pasa el 6% del comercio marítimo mundial, principalmente de Estados Unidos, China y Japón.
Fuerte impacto
En el Canal de Panamá el agua de lluvia es la fuente de energía encargada de mover los barcos por las esclusas, que funcionan como ascensores elevando los buques hasta 26 metros sobre el nivel del mar para que puedan atravesar la cordillera continental.
El paso de embarcación necesita unos 200 millones de litros de agua dulce vertidos al mar, por lo que Alhajuela y Gatún son vitales.
Sin embargo, según la ACP, del 21 de marzo al 21 de abril los niveles de agua en Alhajuela descendieron de 69 a 62 metros, mientras que en Gatún bajaron de 25,6 metros a 25,2.
“La ausencia de lluvias impacta en varias cosas, lo primero en la reducción de nuestras reservas de agua”, declara a la AFP Erick Córdoba, gerente de Agua de la ACP.
También afecta las operaciones “con la reducción del calado de los buques Neopanamax, que son los más grandes que transitan por el Canal” y los que más pagan peaje, añade.
En el año fiscal 2022, más de 14.000 embarcaciones con 518 millones de toneladas de carga cruzaron el Canal, que dejó al tesoro panameño 2.500 millones de dólares.
Encontrar agua, esencial
En 2019, saltaron todas las alarmas, cuando de los 5.250 millones de metros cúbicos de agua dulce que necesita la vía, solo se disponía de unos 3.000 millones.
Las autoridades temen que debido a esta incertidumbre algunas navieras decidan utilizar otras rutas, por lo que buscan alternativas para garantizar las operaciones del Canal a largo plazo.
El administrador del Canal, Ricaurte Vásquez, reconoció recientemente en el medio digital panameño, SNIP Noticias, que la escasez de agua es una de las mayores amenazas.
“El agua representa un elemento limitante a la capacidad de este país para hacer valer su ruta”, dijo Vásquez.
“Esta situación, sin un reservorio nuevo que aporte nuevos volúmenes de agua, le quitará al Canal la capacidad de crecimiento”, advierte a la AFP el exadministrador del Canal, Jorge Quijano.
“Es esencial encontrar nuevas fuentes de agua, en especial ante un cambio climático que ya se está manifestando, no sólo en nuestro país, sino alrededor del mundo”, agrega.
La cuenca del Canal de Panamá también abastece de agua a más de la mitad de la población del país, de 4,3 millones de habitantes. La escasez ha provocado cortes de suministro en diversos sectores de Panamá, lo que ha generado múltiples protestas.
Los expertos advierten sobre posibles conflictos entre pobladores y el canal por el agua, en medio de un crecimiento urbanístico desordenado alrededor de Ciudad de Panamá.
La situación ha revelado enormes carencias en amplios sectores de Panamá para el suministro generalizado de agua, cuyo consumo ha roto todas las previsiones.
“Nosotros no queremos llegar a un conflicto filosófico sobre agua para los panameños o agua para el comercio internacional”, alertó Vásquez.
El Canal hace magia
”Ellos (el Canal) han tenido déficit de precipitaciones como hemos tenido en todo el país, pero dentro de la normalidad de lo que es una temporada seca”, afirma a la AFP Luz de Calzadilla, directora general del Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá.
Sin embargo, hay “una alta probabilidad” de que en el segundo semestre del año Panamá sea impactado por el fenómeno climático de El Niño, caracterizado por menos lluvias, advierte De Calzadilla.
“La verdad que la administración del Canal hace magia para mantener el negocio y cumplir con una responsabilidad social como es el agua potable para el consumo humano”, agrega.
Desde el Lago Alhajuela, entre sonidos de pájaros y tierra seca, Guevara avisa: “Este año ha sido el más difícil que he visto de la sequía”.
Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios