La comida desperdiciada por consumidores es un problema económico enorme y los países deberían asegurar que los alimentos que sobren se entreguen a la gente que pasa hambre en vez de ser desechados, dijeron el viernes ministros de Agricultura del Grupo de las 20 mayores economías mundiales.

La reunión de dos días en Estambul se enfocó en problemas de seguridad alimentaria y nutrición, incluyendo el impacto del cambio climático. Una reducción en la cantidad de alimentos desperdiciados mejoraría la seguridad alimentaria, dijeron los ministros en su comunicado final.

"Notamos con gran preocupación la magnitud significativa de la pérdida y desperdicio de alimentos (...) y sus consecuencias negativas para la seguridad alimentaria, la nutrición, el uso de recursos naturales y el medioambiente", dijeron los ministros.

"Destacamos esto como un problema global de un enorme significado económico, medioambiental y social", agregaron.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) dijo el año pasado que anualmente se pierden o desperdician unos 1.300 millones de toneladas de alimentos, o cerca de 30% de la producción global.

Agencias de la ONU dijeron que eso alimentaría fácilmente a los 800 millones de hambrientos del mundo.

Para enfrentar el problema, los países necesitan mejores estimaciones de la cantidad de alimentos que desperdician, así como cálculos del impacto económico por la pérdida de éstos, afirmaron los ministros del G-20.

Actualidad Laboral / Información de Reuters