26-04-2016
Aunque hay personas que parece que han nacido para ello lo cierto es que, más que un don, el arte de saber negociar es una habilidad que requiere práctica y preparación. Estas ocho claves te serán muy útiles para lograr tu objetivo a la hora de sentarte a negociar.
Negocia en persona
Muchas personas prefieren cerrar las negociaciones por e-mail, ya que así evitan la confrontación directa y tienen más tiempo para pensar sus respuestas. Sin embargo, el no negociar cara a cara tiene muchos inconvenientes, incluyendo malinterpretaciones debidas a la ausencia de los matices que proporcionan el tono de voz, la mirada o la postura. Siempre que puedas, negocia en persona.
Investiga sobre tu interlocutor
Trata de tener la mayor información posible en el momento en que te sientes a negociar. Infórmate tanto sobre la empresa como sobre la persona con la que vas a hablar, respondiéndote a preguntas como quién es, qué tipo de negociador es, qué tácticas podría emplear, cuáles son sus intereses, etc. La información será tu mejor aliada.
Establece tus objetivos de antemano
Si en el momento en que te sientas a negociar no tienes del todo claro qué quieres conseguir, tu interlocutor podría terminar definiendo sutilmente tus propios objetivos de acuerdo con sus intereses. En el momento de la negociación tus metas deben estar muy claras, así te asegurarás de que no terminan difuminándose durante el proceso.
Trata de comprender los objetivos de la otra persona
En ocasiones los objetivos de la otra persona no son necesariamente contrarios a los tuyos, por lo que podrás hacerle ciertas concesiones para hacerles sentir que han ganado, aunque tú hayas logrado tu meta.
Escucha más de lo que hables
Cuanto más te contengas más posibilidades tendrás de que la otra persona revele información que puede ser crucial y que tal vez no habría dado si tú estuvieses hablando.
Presta atención a tu lenguaje corporal
Sé observador, porque cada detalle cuenta. La forma en que se sienta en su silla tu interlocutor, la posición de su espalda, sus ademanes, su cruce de brazos o su mirada pueden ser reveladoras a la hora de establecer tu estrategia de negociación. Del mismo modo, sé consciente de tu propio lenguaje corporal: mover la pierna te hará parecer nervioso, estar encorvado te hará parecer intimidado y tener los brazos cruzados hará que parezca que no estás abierto a negociar.
Debes estar preparado para irte
Si las cosas se ponen feas, llegáis a un punto muerto o te da la sensación de que es imposible llegar a un acuerdo en ese momento, debes ser capaz de darte cuenta y darle al ‘pause’. Sugiere que os toméis un tiempo para reflexionar y enfriar las ideas, ya sea con media hora de descanso o volviendo a quedar la semana siguiente.
Revisa tus negociaciones
Es interesante que lleves un registro de cada trato de hayas cerrado. Eso te dará la posibilidad de verificar tus errores y encontrar maneras de mejorar para desarrollarte como negociador.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes