Para lograr que un equipo funcione ya no basta con tener su lealtad o amistad, es necesario crear un lazo fuerte de confianza. Si no hay confianza mutua entre tú y tus empleados, la motivación de ellos será superficial y temporal.
Ahora la lealtad de los empleados se gana con demostrar ser digno de su confianza. Los tiempos de lealtad incondicional de los empleados se acabaron con las reestructuras de las empresas que dejaron a muchos sin trabajo. El compromiso de uno tiene que ver con su sentimiento de participar en un proyecto en el cual el empleado se siente apreciado, donde puede aportar, aprender y crecer profesionalmente. Si tú como jefe cuidas estos aspectos, tus empleados formarán un gran equipo contigo.
Poder confiar en tu jefe implica tener la convicción de que es sincero en lo que expresa y que es una persona integra. No significa que sea nuestro gran amigo, la amistad puede existir, pero siempre estará sujeta a la relación profesional. Tampoco significa que los empleados deben estar de acuerdo con todas las propuestas de su jefe, no obstante, es importante que entiendan por qué se toman ciertas decisiones.
Para ganarte la confianza de tu equipo, es importante seguir estos pasos básicos:
Defiende a tu equipo. Es muy probable que, de vez en cuando, otros colegas acusen indebidamente a algunos de tus empleados. En cualquier empresa existen malos entendidos y es importante que si uno de los tuyos recibe un ataque o crítica injustificada, busques la forma de aclarar los hechos y les des seguridad.
Sé coherente. Es muy difícil respetar alguien que cambia de idea a cada rato o que se contradice cuando la situación cambia. No significa que no puedes reorientar un plan de acción cuando las circunstancias lo ameritan, pero hazlo con conocimiento de causa, no de manera reactiva, mostrándote incapaz de reflexionar y realinear tu estrategia para que juntos lleguen al objetivo planeado.
Da el buen ejemplo. Muchos jefes piensan que ellos están por encima de las reglas de la empresa o que pueden tener comportamientos que no toleran en sus empleados. Si quieres que tus empleados hagan un trabajo impecable, enséñales con el ejemplo.
Toma la responsabilidad de los errores cometidos. Si un empleado tuyo comete un error, no lo uses como chivo expiatorio. Ayúdalo a corregir el error y a aprender la lección para evitar repetir este mismo error en el futuro. De esta manera, ganas el compromiso no solamente de este empleado, también el de sus compañeros.
Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur