El presidente de Argentina, Mauricio Macri, optó por no convocar al Congreso a sesiones extraordinarias en febrero y esperar a marzo para debatir la reforma laboral que prepara el Poder Ejecutivo.

"El presidente ha tomado la decisión de no convocar sesiones extraordinarias en febrero y trabajar en su mensaje desde el primero de marzo en el calendario legislativo regular", informó su jefe de gabinete, Marcos Peña, en una rueda de prensa.

El Congreso se encuentra de receso vacacional hasta marzo, pero en las últimas semanas se especuló con la posibilidad de que Macri llamara a las Cámaras a sesiones extraordinarias para tratar cuanto antes la reforma laboral.

Esta iniciativa que apuntala el Gobierno espera corregir las "distorsiones en el mercado laboral que afectan sobre a todo trabajadores informales", informó su mano derecha este martes desde la Casa Rosada, sede del Gobierno.

El proyecto también contempla un nuevo régimen de licencias, por ejemplo, en lo que respecta a la paternidad.

El objetivo de la futura ley es "generar más trabajo formal, avanzar en el blanqueo formal para los trabajadores informales y generar más herramientas de capacitación", sostuvo Peña.

La mayor central obrera del país, la Confederación General del Trabajo, ha manifestado de forma pública su apoyo a este proyecto que permitirá combatir la informalidad que afecta a cuatro millones de trabajadores informales, según el funcionario.

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