El gobierno de Gran Bretaña se prepara para pedir a la Unión Europea una demora de al menos varios meses en el Brexit luego de que el presidente de la Cámara de los Comunes impidió que la primera ministra, Theresa May, vuelva a presentar a votación el mismo acuerdo de divorcio con Bruselas que fue rechazado en dos ocasiones por los legisladores.
La decisión del presidente del parlamento británico, John Bercow, fue un revés potencialmente letal para el acuerdo negociado por May. La dirigente esperaba convencer a sus rivales y volver a votar el texto en la cámara esta semana, antes de una cumbre de líderes comunitarios que se celebrará jueves y viernes en Bruselas.
Si el documento hubiese logrado el respaldo de los legisladores, May tenía previsto pedir al bloque una corta “ampliación técnica” para poder aprobar la legislación nacional necesaria para la salida de Londres del bloque.
Pero tras la sorpresiva declaración de Bercow de que el parlamento solo podrá votar de nuevo si el texto es “fundamentalmente diferente”, May se enfrenta a la perspectiva de solicitar una demora mucho más larga.
May advirtió a los críticos con su propuesta que no dar luz verde al pacto podría una suponer un largo, y posiblemente indefinido, retraso en el Brexit. También podría suponer que Londres abandone el bloque sin un acuerdo, aunque el Parlamento decidió descartar esa opción en una votación.
De acuerdo con la ley, Gran Bretaña dejará la Unión Europea el próximo 29 de marzo, con o sin acuerdo, a menos que logre una prórroga de Bruselas. Una salida sin acuerdo podría acarrear problemas a las grandes empresas y a la población tanto en el país como en los otros 27 socios comunitarios.
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