17-09-2015
Las empresas estadounidenses están muy satisfechas de la evolución de sus inversiones en España. Son optimistas sobre el futuro de sus actividades en el país y valoran, de manera especial, los recursos humanos de España, en particular a los ingenieros técnicos y a la mano de obra cualificada. Y no ocultan su apoyo a la reforma del mercado laboral llevada a cabo por el Gobierno en 2013. Entre los puntos que en los que ven más oportunidades de negocio están las 'ciudades inteligentes', donde España es líder mundial, y en la asociación entre las administraciones públicas y el sector privado (lo que en EEUU se llama PPP, o 'Public-Private Partnership'), en áreas relacionadas con tecnología y logística.
Pero también creen que hay una serie de reformas ineludibles. Entre ellas, la de la educación, especialmente en profesores que estén formados en nuevas tecnologías. También quieren una nueva reforma del mercado laboral, además de una reducción de la burocracia en general y de las regulaciones de las comunidades autónomas en particular.
Ese fue el tono de la reunión de casi dos horas que el rey mantuvo con altos cargos de una docena de grandes empresas industriales de Estados Unidos con presencia en España. En la apertura del encuentro, Felipe VI recordó que Estados Unidos se ha convertido en el primero socio comercial y en el principal país de origen de inversión directa -es decir, la que supone cosas que se ven, como fábricas, en contraposición a la inversión financiera, en activos- en España fuera de la UE.
Los directivos también declararon que España debe ser activa en las negociaciones para la Asociación Transatlántica de Libre Comercio e Inversión (TTIP, según sus siglas en inglés), que en la práctica supondría la creación de un área de libre comercio entre la UE y EEUU, y que se está negociando desde 2013. Según un análisis del think tank alemán Fundación Bertelsmann, España sería el cuarto país más beneficiado por el TTIP. Pero el posible acuerdo ha sido objeto de críticas muy duras a ambos lados del Atlántico por el secretismo con el que está siendo negociado y por la posibilidad de que dé un tratamiento de favor a las grandes empresas.
En la reunión estuvieron las tecnológicas Microsoft y Hewlett-Packard (HP); la automotriz General Motors; las químicas DuPont y Dow Chemical; las farmacéuticas Pfizer y Lilly; la transportista UPS; la papelera International Paper; el conglomerado industrial Honeywell; la empresa de bienes de consumo 3M; y la compañía de grandes superficies Costco, que ha abierto hace poco un establecimiento en Sevilla.
No hubo ningún representante del sector financiero ni de fondos de inversión, un sector que mantiene una dura disputa legal con el Gobierno español por la retirada de las subvenciones a las renovables. También participó James L. Jones, ex consejero de Seguridad Nacional con Obama y actual consejero delegado de la Cámara de Comercio de EEUU, una organización empresarial que agrupa a las grandes empresas y que podría compararse, salvando las distancias, con la CEOE española.
Actualidad Laboral / Con información de El Mundo.es