Si vas a emprender esa idea de negocio que has pulido por meses, pero no cuentas con una oficina propia, o no sabes dónde meter a tus empleados; incluso si trabajas por tu cuenta y no quieres estar en casa distraído con Netflix y tus mascotas, te presentamos una guía básica del coworking.
Lo primero que tienes que saber es que, los espacios de trabajo cooperativo son un sistema en el que varias personas comparten un espacio de trabajo, además de los gastos operativos necesarios para la actividad laboral de cada quien. Este modo de organización permite compartir el mismo lugar de trabajo y los recursos de oficina. “El coworking ha tenido una mayor adopción, especialmente entre los profesionales de internet, diseñadores, programadores, escritores y hasta periodistas”, dijo a Forbes la gerente de relaciones públicas de OCC Mundial, Alejandra Vera.
La oportunidad para esta industria es enorme. El coworking es ideal para micro y pequeñas empresas, además de freelancers, recomienda Eduardo De Maza, consultor administrativo de la asociación ProEmpleo. Además, esta industria ha creado tendencias laborales: un ejemplo es el coworking manager. Ya que, cada día los espacios y dinámicas para trabajar en equipo son más prolíferos, un experto que administre a estos hará que sean profesionales altamente reconocidos.
A continuación te presentamos las principales ventajas y desventajas del coworking, según los especialistas que consultamos:
-Ahorro: La inversión para poner una oficina es mucho menor, pues el alquiler, al ser compartido, es muy eficiente para que puedas reducir tus costos. Este dependerá del tipo de servicios requeridos, y cuenta con la ventaja de que se puede pagar por hora, día o mes.
-Comodidad y presencia: Este modelo de trabajo te permite dejar atrás el home office, alejado de las instalaciones y espacios adecuados para potenciar las habilidades de una persona o startup. Por ejemplo, profesionales, como contadores o abogados, en afán de ahorrar costos, laboran en sus hogares, pero resta seriedad a los servicios que ofrecen, mientras que el coworking ofrece presencia.
-Servicios: De la mano de lo anterior, es que estos espacios ya cuentan con lo que se requiere para facilitar el trabajo: internet de banda, electricidad, salas de conferencias y reuniones, equipo de impresión, cafetería, escritorio o mesas, sillones y servicios adicionales como de limpieza. Incluso servicios de recepción de documentos.
-Networking: Este punto es fundamental para las startups recién nacidas. Las oficinas compartidas también son lugares de networking, que favorecen las experiencias, creatividad y competitividad, sobre todo para las micro y pequeñas empresas.
-Productividad: El coworking te fuerza a salir de tu casa y a activarte, y elimina las distracciones del hogar.
-Ruido: Prepárate para escuchar conversaciones, material multimedia y hasta música. Aunque nadie va a estar gritando, no esperes un silencio de montaña.
-Falta de privacidad: Un emprendedor que está trabajando cara a cara con otro, tiene que hablar con algún cliente asuntos más delicados y, a veces, echa de menos la poca intimidad.
-Espacio compartido: Tu proyecto tendrá que acostumbrarse a compartir tanto el lugar como el mobiliario de trabajo, además de las áreas comunes. Un tip de supervivencia es quitarse la barrera de “lo mío es mío”.
-Seguridad: Todo está a la mano de todo el mundo, al principio cuesta acostumbrarse. El emprendedor tiene que confiar en las personas que trabajan o utilizan un espacio coworking, y nunca olvidar su material de trabajo y objetos personales, como el smartphone, en las áreas comunes.
¿Cuándo decirle adiós al coworking?
De Maza argumenta que, depende mucho de la evolución de cada startup. Pero, lo ideal es cuando comienza a convertirse en una Pequeña y mediana empresa, y aumenta en número de empleados. Por ejemplo, cuando se incrementan a partir de 11.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes México