Ser madre es una elección personal, pero también una cuestión que afecta a la situación laboral de muchas mujeres. En los últimos años el nivel educativo de la mujer ha experimentado considerables mejoras, cada vez hay más mujeres cualificadas con estudios medios y superiores. Este hecho ha influido en la participación de la mujer en el mundo laboral y en su relación con la maternidad.

La formación académica permite a las mujeres mejorar sus posibilidades laborales: encontrar un empleo, conseguir un ascenso y llegar alto en el mundo empresarial; sin embargo, cuando se habla de tener un bebé, la situación cambia: ¿acaso ambas opciones, tener un trabajo estable y ser madre, son incompatibles?

Muchas mujeres jóvenes entre edades de los 20 en adelante, en Costa Rica y en otros países, están viviendo la realidad de ser descartadas de oportunidades laborales a pesar de tener los estudios e incluso toda la capacidad para lograr abordar dicho puesto, debido a que se ha dado el inconveniente según el patrono porque puede ser perjudicial para la empresa, por dudas como: no dar el rendimiento, concentración e incluso el temor de que vuelva a la maternidad.

Siendo este un problema e inclusive una discriminación para todas las madres jefas de hogar o solteras que necesitan de un trabajo para sacar adelante a sus hijos, llevando un gran peso y temor de no ser contratadas porque hasta se ha dado el caso de que no las contratan cuando se enteran que son madres.

¿Ha sufrido discriminación laboral por ser madre?

Algunos de los inconvenientes que viven las madres en el ámbito laboral se refieren, sobre todo, a la discriminación en el trabajo (recelos a la hora de solicitar bajas por maternidad, reducción de la jornada laboral, permisos de lactancia...) y a la limitación de oportunidades a la hora de promocionarse en el mercado laboral. Esto ocurre principalmente en las mujeres de generaciones más jóvenes. De hecho, un 3,7 % de las mujeres de entre 65 y 74 años afirma que ha sufrido discriminación en el trabajo como consecuencia de su maternidad. Esta cifra va en aumento en los siguientes grupos de edad hasta alcanzar el 9,6% para las que tienen entre 20 y 34 años.

Una pregunta que todas las madres alguna vez han cuestionado: ¿elegir entre ser madre o trabajar? La demanda de fuerza de trabajo y derivada del desarrollo, el progresivo aumento de los costos de la educación, la salud y los servicios, los mayores niveles educativos de las mujeres y los cambios culturales que crean expectativas de igualdad en todos los grupos sociales, han llevado a las mujeres a trabajar fuera del hogar y a reconocer que tienen derechos que antes sólo eran aceptados para los hombres.

Las mujeres, por tanto, se han incorporado masivamente al mundo del trabajo y las mujeres que más participan en el mercado laboral son aquellas con mayor nivel educacional y menor número de hijos. Por su parte, las mujeres de los sectores populares o no trabajan por no dejar a sus niños en la calle o trabajan asumiendo una sobrecarga enorme.

Fuente de información: MundoDiario.com