En tiempos de pandemia, lo más oportuno puede ser reinventarse con nuevas aptitudes digitales. No solo el mercado laboral lo demanda cada vez más, sino que, además, parece ser el modo más eficaz de conseguir un aumento de sueldo o, incluso, de ser hasta tres veces más rentable para la propia empresa. De hecho, tal y como explica Gonzalo Ortega, director senior y responsable digital en BTS -una multinacional sueca especializada en captación de talento y capacitación profesional-, "basarse en una estrategia digital bien definida, es necesario para lograr los mejores resultados de formación y aplicabilidad".
Y los resultados de la investigación evidencian que esa formación tiene un retorno de inversión realmente excepcional para la empresa. Según un reciente estudio de la Sociedad Americana para la Formación y el Desarrollo que utilizó como base analítica a 2.500 compañías, aquellas con programas de formación exhaustiva que incluían actividades online, experimentaron un aumento de los ingresos por empleado de un 218% y un crecimiento del 24% en los beneficios marginales. Al mismo tiempo, la organización estima que el mercado mundial del e-learning crecerá hasta los 325.000 millones de dólares de aquí a 2025.
Para Ortega, se trata de un contexto que exige de algún modo esta reinvención a marchas forzadas: desde la aparición de internet y, posteriormente, con la llegada de los 'smartphones', se han creado lo que él denomina como "micro-momentos", responsables de la evolución de una sociedad que busca, de forma impaciente, el acceso a la información casi en tiempo real. De ahí que las necesidades formativas en las organizaciones hayan evolucionado, o se hayan adaptado, hacia un modelo donde lo virtual va cobrando cada vez más relevancia, consiguiendo solucionar ciertas necesidades como son llegar a un público más amplio con un programa de aprendizaje, escalar o transmitir iniciativas estratégicas, agregar módulos digitales a un itinerario de aprendizaje existente o hacer una enseñanza personalizada y continua, entre otras.
Al mismo tiempo, Ortega señala que, "a la hora de cubrir la demanda, la formación virtual está estrechamente ligada a las últimas tendencias tecnológicas y digitales. Por ello, todos los días están surgiendo nuevos términos que se añaden al glosario general de la formación digital, como social learning, micro-aprendizaje, data science, realidad virtual (y aumentada), simulaciones, gamificación, e-learning, networking, micro-titulaciones… Ahora bien, si tuviéramos que destacar una sola tendencia, deberíamos quedarnos con el 'e-learning', en su concepto más amplio, porque aunque nos pueda parecer anticuado, significa 'formación virtual' en todos sus formatos posibles".
Del x-learning al micro-learning
Lo virtual funciona, y se puede comprobar fácilmente al estar inmersos en esta pandemia global que ha obligado a la gran mayoría a teletrabajar en algún momento. "Estaba ahí desde hace muchos años, pero se le daba un uso residual", explica Ortega. Y ahora ha llegado para asentarse definitivamente, nunca pudiendo sustituir a la experiencia presencial, pero sí para convertirse como un gran complemento, en unos casos, y como una gran solución alternativa, en otros.
En este sentido, Ortega resalta que las tendencias principales en formación digital se basan en tres grandes conceptos: aprendizaje experiencial o x-learning, que consiste en 'tocar' el conocimiento, vivirlo, ya que aprender experimentando es la mejor formación en su opinión; micro-learning a demanda, que se basa en que hoy en día se debe acceder a la información de inmediato, pero es necesario que sea relevante; y aplicabilidad y resultados, esto es, que si no se aplica lo aprendido, no se puede medir el grado de éxito con los nuevos conocimientos, la formación al final se diluye y es infructuosa.
Por todo ello, se exige cada vez más que el e-learning tenga un sentido y un fin más allá de aprender, según Ortega. Conceptos como 'business intelligence', 'big data' o 'data science' ayudan a medir resultados de acciones formativas y su impacto en la organización. En este sentido, considera que, a día de hoy, "el mundo está cambiando de manera exponencial, de forma que se hace necesario crear una buena estrategia digital de formación, que sirva como pilar y sea lo suficientemente flexible para adaptarse al cambio. Esta estrategia deberá moldear y poner en orden todas las tecnologías y metodologías digitales de formación que están al alcance, para lograr un objetivo claro y medible".
Actualidad Laboral / Con información de LaInformación