Entrenar a las plantillas de trabajo de una empresa, del mismo modo que un entrenador lo hace con sus jugadores puede significar la diferencia entre tener un equipo preparado para enfrentar los retos que plantea el nuevo panorama empresarial o tratar de lidiar con uno donde priman las bajas laborales, son improductivos o no llegan a alcanzar los objetivos, metas y propósitos marcados por la compañía.
Los empresarios pueden aprender mucho de los atletas profesionales. El trabajo duro, sacrificio o determinación son algunos de los valores que trabajan los equipos de éxito en el mundo deportivo. Unas lecciones que, aplicadas al mundo empresarial, pueden ayudar a construir un negocio más fuerte. Es por ello que INC ha publicado un artículo en el que recoge 4 hábitos que tienen los deportistas de éxito:
Proporcionar planes de trabajo y recursos de apoyo personalizados
Dar a los empleados el apoyo que necesitan para que, después, hagan un trabajo excelente, no sólo ayuda al crecimiento de la empresa, sino que también puede evitar errores costosos. Cuidar de cada componente de un equipo es vital para evitar bajas laborales. En el mundo del deporte lo saben muy bien, ya que una lesión en un jugadores o atleta puede suponer pérdidas millonarias para el equipo o sponsors.
Por ello, las marcas tratan de crear packs especiales que ayudan a estos deportistas a mantenerse en forma durante todo el año. Esto mismo, trasladado a un ámbito empresarial, puede suponer la creación de talleres, reuniones o proyectos que permitan entrenar la forma en la que abarcan el trabajo los empleados. Todo ello con el objetivo de sacar su máximo potencial mientras que, al mismo tiempo, se les ofrecen las herramientas de apoyo necesarias que minimicen la carga de trabajo que puede derivar a problemas de estrés y ansiedad.
Transformar los procesos de contratación
Las nuevas tendencias en RRHH están registrando cambios significativos en la forma en la que las empresas están contratando a nuevos talentos. En el ámbito deportivo es una práctica común que, por falta de liquidez, los quipos no puedan hacerse con los mejores jugadores. Sin embargo, existen los reclutadores de talento a menudo crean canteras que permitan adelantarse a esas futuras estrellas deportivas o, incluso, cambian la forma en la que buscan ese talento para hacer visible aquellas figuras que aparecían ocultas.
Las empresas tienen que aprender a utilizar parámetros distintos a los tradicionales con el fin de localizar aquellos perfiles que, por su condición, pueden quedar fuera de los procesos de selección. Los sesgos como experiencia profesional a menudo pueden limitar la búsqueda de potenciales candidatos que por sus habilidades podrían encajar mejor en el equipo, que otras personas con mayor recorrido profesional.
Competir con los compañeros de trabajo
Los ambientes competitivos son necesarios para aumentar el rendimiento profesional de los trabajadores. Los deportistas saben bien que la auto exigencia es uno de los mayores impulsores del éxito y esto traducido al mundo empresa, supone una inversión en trabajos y acciones que permitan identificar quién es el empleado más rápido, el más capaz, el que mejor gestiona los riesgos o las crisis. Sin embargo, este enfoque no debe basarse en tener “favoritos”, sino en saber para según qué trabajos, qué empleado ofrecerá mejores resultados.
Dudar de los datos
Tomar decisiones basadas en datos y pensar que las estadísticas son el secreto del éxito es una pensamiento equivocado. El valor del esfuerzo, la dedicación y la superación son cuestiones que pueden hacer girar esas estadísticas. Por algo funcionan tan bien las salas de apuestas deportivas, ya que siempre puede darse el factor sorpresa y ganar un equipo que lo tenía todo en contra. Que se lo digan a Donald Trump hace unos días…
Actualidad Laboral / Con información de Equipos y Talento