Compartir en exceso información personal en el lugar de trabajo, puede ser dañino para la carrera profesional. Y,
afectar negativamente, tanto a los empleados como a su entorno laboral, según indicó en entrevista con
FOX Business la especialista en empleo Cheryl Hanson.
Hanson, quien se desempeña como directora de distrito de Insperity, una compañía especialista en el manejo de personal con sede en Oklahoma. Advierte que esta práctica no solo mina el profesionalismo, sino que contribuye al agotamiento; y suele generar incomodidad, entre algunos compañeros de trabajo.
La experta explica que aquellos que hablan demasiado sobre sus vidas personales,
pueden parecer poco profesionales y distraídos en el trabajo. Además, a menudo son vistos como inmaduros, en comparación con aquellos que mantienen límites apropiados.
Otro efecto adverso que menciona Hanson, tiene que ver con la baja productividad. Puesto que al entretenerse en la charla, se deja de dedicar el suficiente tiempo y la energía mental, a sus obligaciones laborales. Lo que se convierte en un riesgo para la productividad de la empresa, en casos extremos.
Daños reputacionales
En esta misma línea, Amy Morin, psicoterapeuta y autora del libro
“13 cosas que no hacen las personas mentalmente fuertes”; señala que aquellos que hablan demasiado sobre su vida privada,
son vistos como “balas sueltas”. También en entrevista con
FOX Business, la psicoterapeuta aseguró que cuando se lidia con una persona con este comportamiento, “es posible que los compañeros de trabajo no confíen en ellos; y los supervisores puedan dudar en darles más responsabilidades. Se puede considerar que tienen límites deficientes, y la gente puede cuestionar su capacidad para socializar bien con clientes, u otras organizaciones” explicó.
Para mitigar el problema, Cheryl Hanson recomienda que los gerentes intervengan, tomando al empleado a un lado para una conversación privada, o dirigiéndose a todo el equipo; si el hablar de más, se ha convertido en un problema generalizado.
Consecuencias graves
Las reacciones adversas pueden ir más allá de sólo una simple molestia; amplificándose en conflictos laborales, cuando se discuten temas controversiales como política y religión. En este punto, el jefe encargado del área juega un papel fundamental. Si el gerente o encargado no interviene, cuando los empleados comparten datos inapropiados o salidos de tono; pueden desencadenarse denuncias de acoso. Dando paso a una consecuencia grave y directa para la empresa, advierte la experta.
En este punto, la recomendación es: “Hágales saber que han cruzado un límite” aconseja Hanson. “Explique por qué sus palabras fueron inapropiadas, y bríndeles recursos para mantener los límites en el futuro. Si es necesario, informe la interacción a recursos humanos; especialmente si hay preocupaciones sobre acoso”.
A su vez, la experta hace énfasis en que es crucial, que los empleadores formen a los gerentes sobre: cómo tener conversaciones difíciles, y realizar correcciones de rumbo a tiempo. “Si un empleado muestra un comportamiento inapropiado, es mejor tener la conversación temprano para corregir el rumbo de inmediato”; explicó en la entrevista con
FOX Business.
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Actualidad Laboral / Con información de Infobae