En menos de un año, Qatar será sede del Mundial de Fútbol 2022 de la FIFA. El partido final del torneo se disputará en el reluciente estadio Lusail el 18 de diciembre de 2022; fecha que casualmente coincide con el Día Internacional del Migrante. Desde diciembre de 2010, cuando resultó ganadora la propuesta catarí de ser sede del Mundial de Fútbol 2022 de la FIFA, el país se ha embarcado en un frenesí constructivo de proporciones masivas; que incluye el reacondicionamiento o la construcción de ocho estadios, además de hoteles, vías férreas, el aeropuerto internacional y otras obras de infraestructura importantes.
Para alcanzar este objetivo constructivo ambicioso, el estado recurrió casi totalmente al trabajo de mano de obra migrante; que constituye más del 95% de la fuerza laboral de Qatar. Estos trabajadores serán, igualmente indispensables, durante el periodo que precede al Mundial de Fútbol; mientras Qatar se prepara para recibir a más de 1,2 millones de visitantes. Sin embargo, estos trabajadores migrantes son vulnerables a una variedad de abusos.
Sin dudas, la presión internacional ha obligado a Qatar a asumir compromisos, con respecto a una serie de reformas importantes a su sistema de patrocinio, denominado kafala. Que vincula la condición legal de los trabajadores a sus empleadores, y ha facilitado abusos como el trabajo forzado, y el contrabando de trabajadores. Si bien el país ha incorporado varias reformas, que se anunciaron con bombos y platillos; estas han sido absolutamente insuficientes, para reacomodar el equilibrio de poder a favor de los trabajadores, y su cumplimiento ha sido deficiente. Estas iniciativas de reforma no cambian la situación de los trabajadores; si gran parte de ellos siguen expuestos a la retención de sus salarios, muertes en circunstancias no aclaradas o altos costos de reclutamiento, y si se les impide denunciar abusos.
Para conmemorar tanto el Día Internacional del Migrante, como el inicio de la cuenta regresiva de un año hasta la final del Mundial de Fútbol; el 18 de diciembre Human Rights Watch difunde un documento de Preguntas y respuestas; donde se explica que Qatar no ha dado cumplimiento a lo que prometieron sus reformas, y se muestra que todavía queda mucho trabajo por delante.
Es crucial que las asociaciones de fútbol y otros actores influyentes, ejerzan presión sobre la FIFA y Qatar a fin de que estos, se atengan a sus compromisos. La FIFA no solo debería instar a Qatar a adoptar reformas genuinas y duraderas, sino además, a hacerlas cumplir para que el Mundial de Fútbol 2022 deje un legado positivo y permanente en el país. De lo contrario, el próximo 18 de diciembre, luego de que el equipo ganador se lleve la Copa Mundial; los trabajadores migrantes que sostienen a Qatar tendrán muy poco para celebrar.
Actualidad Laboral / Con información de Human Rights Watch