La inflación interanual en Francia se situó en febrero en 6,3%, anunció este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INSEE), al publicar los resultados definitivos. Lo que significa tres décimas más que en enero, y una décima más de lo que se había anticipado el pasado 28 de febrero. Esa revisión al alza se explica esencialmente por los alimentos; que se encarecieron más de lo que se había estimado, hace poco más de dos semanas.

Al final, el incremento del precio de los alimentos en un año fue del 14,8%. Frente a la subida del 13,3% constatada en enero, destacó el INSEE en un comunicado. La escalada interanual fue, particularmente pronunciada, con las verduras frescas (23,3% en febrero, frente al 12% en enero) y la fruta fresca (9,8 % frente al 7,4 %), y eso no pudo ser compensado por la desaceleración el pescado (12 %, tras el 14,7 %).

Al margen de los productos frescos, el resto de los alimentos también experimentaron una aceleración en febrero (14,8% tras el 13,9%). Sobre todo por el pan y los cereales (14,4% tras el 13,4%), por la carne (15,4% tras el 15%), o por el queso y los lácteos (19,4% tras el 18%).

Los precios de los productos manufacturados se incrementaron en términos interanuales un 4,7% en febrero, después del 4,5% en enero. Y los de los servicios un 3%, después del 2,6%.

En cuanto a la energía, hubo una ralentización el mes pasado: 14,1% en lugar del 16,3%.

Según el Banco de Francia, la inflación tocará techo durante este semestre, y se reducirá a la mitad para finales de año. El gobernador de la entidad bancaria, François Villeroy de Galhau, se comprometió además -la semana pasada-, a bajarla "hacia el 2%"; de aquí a finales de 2024 o en 2025.

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Actualidad Laboral / Con información de La Vanguardia