Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, canceló este martes, definitivamente, un acuerdo con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para reubicar en otros países a 16.000 inmigrantes africanos; que apenas había anunciado ayer lunes. La cancelación está relacionada con el desacuerdo de parte de la población y sectores del Gobierno, que desean la salida de todos los refugiados, y no solo de los 16.000 que contemplaba el pacto.
Netanyahu explicó que, en las últimas 24 horas, mantuvo intensas reuniones con su ministro de Interior y con representantes ciudadanos y, finalmente, decidió cancelar el acuerdo. Ahora, Israel seguirá esforzándose para conseguir que los "infiltrados", como llaman a los refugiados, salgan del país.
El lunes, Israel anunció un acuerdo con el ACNUR para reubicar en países occidentales a 16.000 refugiados africanos. En contrapartida, otros 16.000 africanos habrían podido permanecer por el momento en Israel y obtener un "estatus oficial". No quedaba claro qué ocurriría con miles de inmigrantes africanos más, que viven en Israel. Sin embargo, el mismo lunes Netanyahu anunció la suspensión del acuerdo y este martes confirmó su cancelación definitiva.
Los "infiltrados"
A principios de siglo, solicitantes de asilo provenientes de Sudán y Eritrea cruzaron la frontera con Egipto, a través de la península de Sinaí, e ingresaron a Israel. El gran flujo de inmigrantes desató el rechazo de muchos israelíes, que no los reconocen como refugiados sino como "infiltrados".
A finales del año pasado, Israel anunció que expulsaría a unos 40.000 inmigrantes africanos a terceros países sobre todo, debido a las críticas de los habitantes del sur de Tel Aviv. Allí viven muchos refugiados en barrios pobres, y suele haber tensiones con los vecinos israelíes.
Antes del acuerdo con ACNUR, Netanyahu había anunciado un acuerdo con un tercer país para deportar a la fuerza a todos los solicitantes de asilo. Sin embargo, el lunes el primer ministro aseguró que ese país -supuestamente Ruanda- se había retirado debido a presiones políticas y legales, por lo que únicamente quedaba la opción de un pacto con ACNUR. Fuentes ruandesas negaron, no obstante, en varias ocasiones haber aceptado la deportación forzosa de inmigrantes desde Israel.
La decisión de cancelar el acuerdo se debe, ahora, al rechazo de parte de la población, que quiere la expulsión de todos los migrantes, no sólo de 16.000. "Los habitantes del sur de Tel Aviv seguirán luchando hasta que el último infiltrado abandone el vecindario", dijo Sheffi Paz, una destacada detractora de los refugiados, según el diario Haaretz.
También hubo críticas dentro del Gobierno conservador religioso. Con el plan acordado "Israel se convertirá en un paraíso para los infiltrados", tuiteó el ministro de Educación, Naftali Bennett.
Tras la cancelación, ACNUR instó a Israel a volver al acuerdo pues, considera que ambas partes ganan con él, dijo un portavoz en Ginebra. ACNUR se encuentra en contacto con la oficina de Netanyahu, señaló.
Actualidad Laboral / Con información del Clarín