22-08-2023

Los bajos salarios representan el último subsidio que utilizan las empresas en Venezuela, advierte Iván Acosta, director general de la consultora especializada PGA Group, al advertir que el retroceso de la economía en el primer semestre ha impuesto una relativa congelación de las remuneraciones en el país.


Acosta sostiene que el ingreso promedio en el sector privado, básicamente industrial, oscila entre 150 y 200 dólares mensuales, pero con marcadas diferencias entre regiones, ya que en Caracas es mucho más elevado que en el interior del país.


Hay que prestar «mucha atención en cuanto a capacidad de compra, porque nos hemos olvidado del ahorro. No es posible imaginar una economía donde solo se gane para vivir, (la remuneración) tiene que dar para ahorrar, porque las personas necesitan aumentar su patrimonio» para cumplir con objetivos de educación y retiro, entre otros.


Acosta sostiene que producir en Venezuela es muy costoso, por la acumulación de ineficiencias derivadas, por ejemplo, de sobrecostos diversos y de una fuerte presión tributaria.


Acosta sostiene que el tema salarial es una «caja negra» en Venezuela, porque «no se sabe realmente cuánto ganan las personas», pero ha ocurrido una mutación de la categoría de salario a la de ingresos que el mismo gobierno reconoce cuando decretó en mayo el ticket de alimentación.


«Tenemos que analizar el contexto económico. Venimos de una crisis terrible que no ha terminado, donde perdimos 80% del producto y hubo inflación de millones por ciento. Ese tsunami dejó un salario deteriorado. El problema no es sindical, es social, es nacional. Necesitamos una protección social del ingreso, porque, por ejemplo, retirarse con ese ingreso no tiene sentido», enfatiza el experto.


Consultado sobre si han aumentado las demandas para «salarizar» los bonos en divisas, Iván Acosta, director general de PGA Group, sostuvo que ese problema no se ha registrado de manera masiva, porque el trabajador activo entiende que es la única manera de obtener una remuneración mayor.


«En principio, no hay demandas masivas por ingresos en dólares, porque las empresas no pueden soportar la salarización de los ingresos en dólares», insiste.


«El problema de fondo es por qué no se paga más, por qué no se respetan las implicaciones legales salariales. Lo cierto es que la economía es tan débil, tan pequeña y tan frágil no puede pagar la Ley del Trabajo», insistió durante una entrevista concedida a Unión Radio.


El empleo está en juego


Iván Acosta advierte que el problema no es solo que los salarios no estén subiendo en términos generales, sino que se pone en peligro el empleo. «Hay riesgo de que comience una reducción de nóminas, lo que incrementa el déficit de personas consumiendo».


Sin embargo, insiste en que el sector privado ha respondido con «grandes transferencias monetarias» a los trabajadores, independientemente de la vía, aunque se buscan, obviamente, las que menos incidan en las estructuras de costos.


Ante el emprendimiento como opción laboral, Acosta señala que «hay mitos. El problema es que, como estado, lo ideal es que el empleo sea formal, porque cuando hablamos de emprendimiento hablamos de empleo informal y no de emprendimiento real».


«No se puede pretender que una sociedad de 28 millones de personas se fundamente en este emprendimiento artesanal, individual, con menor nivel de escalabilidad, para subsistir», remata.


En concreto, para que se produzca una recuperación real de las remuneraciones en Venezuela es necesario que la economía formal crezca sostenidamente, que la industria llegue a no menos de 80% de capacidad utilizada, porque «los salarios no son la causa, sino la consecuencia» de una economía en crisis.


Actualidad Laboral / Con información de Banca y Negocios