El gobierno japonés validó este viernes un proyecto de ley que autoriza la acogida de más trabajadores extranjeros, una controvertida decisión que busca paliar parte de la escasez de mano de obra. Este programa inédito permitiría la entrada de trabajadores menos cualificados en sectores como la restauración, la construcción y el cuidado de personas, donde escasean las manos. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, quiere que el nuevo dispositivo entre en vigor el año que viene.
El gobierno prevé crear un nuevo tipo de visa que permitirá el acceso al país a los inmigrantes con menores cualificaciones, a las requeridas habitualmente, para trabajar durante cinco años. Existirán dos subcategorías y las personas que cumplan las condiciones más exigentes (en materia de competencia profesional y de conocimiento de lengua japonesa), podrán recurrir a la reunificación familiar y obtener una visa permanente.
La política inmigratoria en Japón "no cambia", insistió Abe, quien quiere tranquilizar a la población, que teme una llegada masiva de extranjeros en un país bastante cerrado. Japón solo aceptará trabajadores extranjeros "que tengan competencias particulares y puedan trabajar inmediatamente, para responder a la importante falta de mano de obra; y, únicamente, en los sectores que realmente lo necesitan", dijo este viernes Abe ante los diputados.
El sector de los negocios pide desde hace tiempo una mayor apertura de puertas a los extranjeros, pero el Ejecutivo avanza con cuidado, para no suscitar molestias en los nacionalistas, que representan un importante apoyo popular al Partido Liberal Demócrata (PLD) en el poder. No obstante, tanto en el seno del PLD (derecha) como entre la oposición, hay preocupación sobre la falta de precisión del texto (por ejemplo, respecto al número deseado de personas extranjeras) y al déficit de preparación de la población japonesa, y de dispositivos de acompañamiento.
Según estadísticas oficiales, en 2017 había en Japón alrededor de 1,28 millones de trabajadores extranjeros para una población de 128 millones de habitantes. Más de un tercio de ellos (459.000 personas) son cónyuges de nacionales japoneses, surcoreanos presentes desde hace mucho tiempo en Japón, que mantuvieron su nacionalidad de origen o descendientes de nacionalidad extranjera de japoneses que emigraron. En septiembre, la tasa de desempleo era de 2,3% de la población activa, uno de sus niveles más bajos en un cuarto de siglo.
Actualidad Laboral / Con información de AFP