06-10-2021

El primer ministro Boris Johnson se presenta este miércoles ante los militantes del Partido Conservador, reunidos en congreso en Manchester, prometiendo una gran reforma que, tras el Brexit, libere a la economía británica de su dependencia de mano de obra extranjera barata.


Ante las largas colas en las gasolineras, las estanterías vacías en los supermercados y las advertencias de los comerciantes de que se avecinan unas navidades sombrías, Johnson asegura que este dolor a corto plazo merece la pena y que se trata de un período de transición.


"Nos ocupamos de los problemas subyacentes más importantes de nuestra economía y nuestra sociedad", dirá Johnson en el discurso de clausura del congreso conservador en Manchester (noroeste).


"Los problemas que ningún gobierno ha tenido las agallas de abordar antes", argumentará, según extractos del discurso que se hicieron públicos.


Se trata de un "cambio de dirección que ha tardado demasiado" para la economía británica, según el primer ministro.


El Reino Unido debe abandonar un "viejo sistema roto" basado en "bajos salarios, bajo crecimiento, baja cualificación y baja productividad, todo ello posible y facilitado por una inmigración incontrolada", insistirá Johnson.


Antes del Brexit, las empresas británicas, transportistas incluidos, pudieron "mantener una inmigración de bajos salarios y bajos costes durante mucho tiempo".


El resultado para la productividad fue que "quedamos por detrás de nuestros principales competidores durante dos décadas o más", ya que las empresas no invirtieron, lamentó el martes el primer ministro en declaraciones a la prensa.


Desde que el Reino Unido abandonó definitivamente la Unión Europea en enero, Johnson y su ministro de Finanzas, Rishi Sunak, afirman defender una economía de "salarios altos y alta cualificación".


Pero la transición llevará tiempo y, mientras tanto, el gobierno conservador ha aceptado a regañadientes un número limitado de visas excepcionales de corta duración para atraer a camioneros y trabajadores avícolas, principalmente de Europa del Este.


Esta crisis de abastecimiento amenaza con eclipsar los temas en los que Johnson debía hacer hincapié en su discurso de clausura, como la promesa de reducir las enormes disparidades entre la riquísima Londres y el resto del país, impulsar la "Gran Bretaña global" tras el Brexit y la respuesta a las protestas de movimientos como el antirracista.


También debe hablar de la acción británica contra el cambio climático y de la necesidad de una coordinación global, antes de acoger a partir del 31 de octubre en la ciudad escocesa de Glasgow la cumbre climática COP26.


Actualidad Laboral / Con información de France 24