Este empresario está al frente de una fábrica de pegamentos, selladores y adhesivos utilizados en el sector automotriz, en el de la construcción, y también en un número importante de hogares venezolanos.

Hace 30 años, Juan Pablo Olalquiaga fundó esta industria llamada Inversiones Simbi, con la idea de ofrecer al mercado venezolano nuevos productos de esta categoría para atender distintas necesidades. La empresa no sólo logró consolidarse, sino que ha venido ampliado la variedad de soluciones y hoy en día éstas en conjunto atienden alrededor del 45% del mercado venezolano.

“Lo que hemos hecho es diversificarnos en líneas de productos como para poder tener una paleta de productos que sea lo suficientemente robusta para el sistema de distribución del comercio venezolano, los usuarios industriales, aquellos que te compran para consumo propio, los contratistas de construcción o el sector automotriz, los talleres mecánicos. Tú tienes que tener una paleta de productos lo suficientemente robusta como para que ellos digan prefiero quedarme con este suplidor que me suple una gama de soluciones a los problemas que yo voy teniendo”, dice Juan Pablo Olalquiaga al explicar por qué su empresa ha optado por atender la demanda nacional en lugar de exportar.

Olalquiaga es ingeniero civil, pero se ha desarrollado en la industria química. Aunque no ha ejercido la profesión que estudió, asegura que ésta le ha ayudado en su trayectoria “Los ingenieros tienen una visión de la vida que conlleva un análisis muy sistematizado” dice.

El papá de Juan Pablo Olalquiaga también se desarrolló en el sector industrial, así que las primeras experiencias este empresario las obtuvo en compañías de su familia. Formalmente su carrera como industrial se inició luego de trabajar durante un periodo de vacaciones en una empresa en la que su papá tenía participación accionaria.

Relata que solicitó a su padre que propusiera al resto de los socios de esta empresa, que lanzaran al mercado nuevos pegamentos, pero la propuesta no fue aceptada, por lo que Olalquiaga tomó la iniciativa de fundar una empresa propia para fabricar estos nuevos productos. Para iniciar las operaciones pidió a su papá un préstamo. “Plata que tuvimos que pagarle a él de vuelta con todos los intereses, no fue un regalo, pero me ha permitido incursionar en este mundo industrial”, dice.

Constancia y contar con un mercado para colocar los productos, son los elementos fundamentales a los que este industrial atribuye la solidez y el desarrollo de la empresa y de su oferta. “En la medida en que tú estés todos los días pensando en cómo hacer para que te compren a ti los productos que tú fabricas o que tú comercializas y no se los compren a la competencia, en la medida en que tú tengas esa constancia, tú vas a ir pudiendo perfeccionar los productos para que sean cada vez más útiles para el consumidor, perfeccionar la producción para que sea cada vez lo más eficiente posible y se pueda traducir en los mejores precios posibles y perfeccionar la distribución, de forma tal que tengas un alcance a nivel nacional lo más amplio posible”, afirma.

La empresa que preside Juan Pablo Olalquiaga cuenta con 200 trabajadores. El empresario advierte que es importante informar de manera constante al capital humano acerca del desempeño de la compañía. “En la medida en la que a la compañía le vaya yendo bien, va a requerir personas con mayor nivel de capacitación. Tú como compañía vas capacitando a los trabajadores, una vez que los has capacitado no quieres que se vayan, para que no se vayan tú tienes que mejorar los niveles de ingreso, al mejorar los niveles de ingreso tú tienes un proceso de ascenso profesional dentro de la compañía”, dice.

Olalquiaga, también es presidente de la Asociación Venezolana de la Industria Química y Petroquímica, (Asoquim) y ocupa el cargo de Tercer Vicepresidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria). Destaca el valor de los gremios empresariales en la búsqueda de soluciones a las dificultades que enfrenta el sector. Sostiene que uno de los aportes que puede hacerse desde estos gremios es promover la producción nacional como vía para solventar esas dificultades en materia económica. “Un país que se vaya convirtiendo en un país en el que cada vez se fabriquen mas cosas venezolanas y con mas tecnología venezolana y con mas educación de los trabajadores venezolanos”, expresa.

Actualidad Laboral/Jessica Morales