Entre los 20 primeros salarios de los jugadores más altos llegan a una suma que supera con creces los 300 millones de dólares, una cifra muy reseñable en cualquier deporte y situación, y más en la época que andamos actualmente. En Estados Unidos, béisbol y fútbol americano alcanzan números estratosféricos, pero la situación en el baloncesto NBA no es mucho inferior.

En cabeza se sitúa uno de los fijos. Desde que llegara a la Liga, Kobe Bryant en el año 96 ya se sabía que era una estrella. SI bien le costó un par de años entonarse, a partir de ahí se convirtió probablemente en el jugador más importante de toda la NBA. Año tras año cercano a los 30 puntos de media, líder, emblema de la Liga y con una ristra de anillos y premios de largo recorrido. De este modo, el americano se va a embolsar 23,5 millones de dólares, que tras estar un año lesionado, ha llamado sustancialmente la atención.

Detrás de él, dos casos por lo menos llamativos. El segundo, con 23,4 millones es Amare Stoudemire. En el Madison siempre han sido de repartir billetes con facilidad, y Amare ha sabido aprovechar la ocasión. En franco declive de su carrera va a tener un contrato desorbitado. En tercer lugar, una situación similar y muy cerca. Brooklyn y Prokhorov tienen las arcas bastante repletas y esta temporada van a repartir mucho entre los 23,2 de Joe Johnson y los casi 16 de Brook López.

A partir de ahí, grandes estrellas copan las posiciones siguientes. Melo Anthony y los Knicks vuelven a estar arriba. La cuarta posición es suya y también por encima de los 20 millones. Howard, Bosh, LeBron y Chris Paul recibirán por encima de la frontera de 20.

Llama la atención que ningún jugador del campeón se encuentra en esta lista. El equilibrio es la mayor virtud de los de Pops en la pista y parece que también en los despachos… Así sí.

Actualidad Laboral / Con información de blogdebasket.com