Ya es un fenómeno imparable. La brecha entre los perfiles profesionales que demandan las empresas para sus necesidades y lo que ofrece el mercado laboral no deja de crecer. Y a pasos de gigante, como demuestra el último informe elaborado por Infoempleo y el Grupo Adecco: las compañías que aseguran tener dificultades a la hora de reclutar determinados profesionales se ha incrementado en 7,5 porcentuales. Ya son el 56,6% las que sufren escasez de talento. Y las proyecciones para este año no son nada halagüeñas como tampoco para 2019, 2020... Un informe de la consultora Randstad prevé que España sea uno de los países europeos más amenazados por el déficit de talento en 2030. Todo un paradigma para un país que ahora tiene casi 3,5 millones de personas en paro.
No es la primera vez que se habla de este mal, que ya parece endémico. Llevamos años sufriéndolo, y parece no existir remedio. Una de las principales causas de este desajuste se debe a la falta de experiencia de los candidatos, según han asegurado las compañías a Infoempleo. La experiencia es algo necesario sin duda, «ya que supone que un profesional conoce muchas situaciones, sabe manejarse en el plano práctico y su background respalda sus decisiones. El problema es que los jóvenes no pueden acceder al mercado laboral y, por tanto, no pueden adquirir esa necesaria experiencia. Por eso, es fundamental que se dé su entrada al mercado laboral y que puedan aspirar a otras opciones laborales más adelante», explica Jorge Guelbenzu, director general de Infoempleo.
Pero faltan informáticos, matemáticos, ingenieros, perfiles tecnológicos... Paradójicamente estos conocimientos que tienen más salidas laborales no son precisamente los más elegidos entre los alumnos cuando aterrizan en la universidad. El número de estudiantes matriculados en estas carreras, denominadas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), desciende cada año. Ranstad prevé que esto siga así. Y eso que, si bien la digitalización hará desaparecer determinadas profesiones, también generará empleo: 1.250.000 puestos de trabajo según prevé la consultora. De ellos 390.000 serán empleados puramente STEM, 689.000 trabajadores que den soporte a los STEM y 168.000 serán empleos indirectos.
Los puestos comerciales con conocimiento digital, los más reclamados
«La universidad está ajustando más su formación a las necesidad del mercado. El problema está más abajo, hay que preguntarse cómo salen los alumnos de Primaria, ESO y Bachillerato. Hay que revisar las competencias en las que se está trabajando y preguntarse si son las que reclama el mercado. Si las competencias en las que incidimos no son las que reclama el mercado, es lógico que la gente no emprenda luego las carreras que tienen más salidas laborales», opina Manuel Fernández, profesor del Máster de Ocupación y Mercado de Trabajo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). «Las carreras relacionadas con el análisis y con el trabajo con datos —continúa—, con el conocimiento del tráfico y el movimiento en la Red, las relacionadas con las nuevas tecnologías, la informática, la digitalización... son el futuro. Y la universidad nutre de buenos matemáticos e ingenieros. Pero luego nos encontramos con alumnos de enseñanzas medias que no saben hacer una hoja de Excel y no manejan conceptos financieros básicos. Sin olvidar el alto índice de fracaso escolar de nuestro país».
La educación tiene que acercarse a lo que existe en el mercado, como es la apuesta del director de Infoempleo. «Creemos en la orientación laboral en etapas educativas tempranas», dice, y ofrecer una educación más cercana a la realidad en todos los niveles de la enseñanza, «con planes de estudio que se aproximen a las tendencias actuales, enfocadas a un ámbito altamente tecnológico y globalizado, y donde los idiomas son importantísimos».
Sorprendentemente las mayores dificultades para cubrir vacantes se experimentan en puestos que tienen una orientación comercial, en ventas, atención al cliente, marketing y comunicación. Y es que el comercio online ha dado un vuelco a los hábitos de consumo. La omnicanalidad ha generado otras necesidades en las empresas que nada tienen que ver con el comercio tradicional.Ahora el consumo de mueve en internet. Por eso, el sector del Retail, por ejemplo, precisa de analistas en Big Data, business intelligence, especialistas en redes sociales, customer experience (encargados de crear una mejor experiencia de compra para el cliente)... «El área comercial es uno de los corazones de toda compañía. Ahora, la estrategia va dirigida a la fidelización y captación de nuevos clientes, y para ello son necesarias estas personas. Hablamos de posiciones muy diversas desde la televenta a desarrolladores de negocio —cuenta Jorge Guelbenzu—. Por otro lado, el comercio digital está siendo una de las brechas laborales que no paran de crecer. Los negocios online están viviendo una época de bonanza y las empresas requieren personas para liderarlos».
Ante este panorama, la universidad va dando respuestas con más formaciones no regladas, postgrados y máster que, de alguna manera, cubren estos perfiles. Y hay empresas que han tomado su propio camino, señala el informe de Infoempleo, y ante la escasez de talento han decidido formar a sus propios trabajadores en aquello que necesitan (38,3%), mejoran los procesos de selección y reclutan directamente a sus candidatos de los centros educativos como universidades, centros de Formación Profesional y centros de postgrado. «Algunas empresas incluso están aprendiendo a conservar el talento: crean espacios de trabajo donde la gente no sólo hace vida profesional sino también lo considera un lugar excelente para trabajar, donde se cuida a las personas, así los trabajadores cuidan la cuenta del resultados y el proyecto», explica el profesor Fernández. Ojalá cunda el ejemplo.
Otras habilidades imprescindibles
Para el trabajo de hoy y del futuro no solo se necesita una buena formación. Las empresas miran otras habilidades, como explica Simon Dolan, experto de la comunidad Valkiria y director general de The Global Future of Work Foundation: «La fórmula del éxito es tener habilidades, emociones y actitudes. La habilidad de la formación es imprescindible, al igual que saber manejar equipos, saber cambiar, hacer alianzas, adelantarse, hay que tener potencial para crecer, para adaptarse continuamente, tener inteligencia cultural, saber resolver problemas nuevos y saber atacarlos. El trabajador necesitará también la emoción de la pasión. Y la actitud del pensamiento positivo: actitud positiva hacia lo nuevo, hacia el conocimiento y el desarrollo permanente». Y añade, además, la creatividad como una regla de juego en el mundo del mañana.
Actualidad Laboral / Con información de ABC