26-10-2017
El presupuesto familiar para la adquisición de los alimentos y otros bienes de primera necesidad está cada vez más restringido por la pérdida del poder de compra del salario mínimo y del bono de alimentación frente a la inflación, lo cual lleva a que la capacidad de compra del ingreso integral sea de 14%, afirmaron fuentes del sector laboral.
Marcos Morales, gerente de estudios económicos de Conindustria, explicó que con el último aumento decretado por el presidente Nicolás Maduro a partir de septiembre, el ingreso integral quedó en 325.544 bolívares, que representa 15,92 dólares.
Añadió que las cestas alimentaria y básica valían entonces 2.552.523 bolívares y 3.614.000, equivalente a 121 y 171 dólares, lo que implica que se requerían 8 y 11 salarios integrales para cubrir el costo de ambas canastas. “Cada vez más la inflación destruye el poder de compra de los venezolanos”, reiteró.
Morales destacó que al comparar los primeros diez meses de 2017 con el año 2012, cuando los indicadores económicos estaban estables, se observa que el poder adquisitivo del ingreso de los trabajadores registra una pérdida de 95%. En 2012 el salario integral correspondía a 321 dólares mensuales, pero el de ahora es apenas 15,42 dólares.
Insistió en la reactivación del aparato productivo nacional, pues sin producción hay escasez y los precios de los productos suben. “El aumento de salario y el bono alimentación es anulado al mes de su puesta en vigencia porque no se atiende la inflación”, sostuvo Morales.
Pedro Arturo Moreno, secretario ejecutivo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, alertó que el alza desproporcionada de los precios de los productos y bienes de primera necesidad, fundamentalmente la comida, en los últimos dos o tres meses “ha pulverizado el salario normal de los trabajadores”.
“Muchos empleados del sector formal tienen que realizar otros trabajos como vender café para aumentar el ingreso porque dos salarios mínimo más dos ticket alimentación no alcanzan para cubrir las necesidades más básicas del grupo familiar de las clases populares y media”, advirtió el dirigente de la CTV.
Aseguró que la estrategia económica del gobierno es que la población dependa cada vez más de las misiones y los subsidios como la comida que distribuyen las organizaciones paragubernamentales: los comités locales de abastecimiento y producción.
Moreno resaltó que el impacto de las bolsas y cajas CLAP frente a la inflación es mínimo porque para una familia de 5 miembros apenas alcanzan para un consumo de 10 días, lo cual significa que los otros 20 días del mes habrá que comprar los productos a precios de mercado. “Además, los CLAP son deficitarios en el contenido de proteína por lo cual debe complementarse con algo de queso, carne o pollo”, dijo.
Entre los países pobres
Con el ingreso del salario mínimo y el ticket alimentación de 15,92 dólares mensuales, calculado a la tasa de cambio libre, el trabajador venezolano percibe 0,5 dólares diarios, lo que sitúa a Venezuela en la categoría de las Naciones Unidas para calificar a los países de muy pobres, como los de África, señaló Marcos Morales, gerente de estudios económicos de Conindustria.
Explicó que los venezolanos adquieren la mayoría de los alimentos y bienes de primera necesidad a precios calculados con base en el dólar libre, lo que ocasiona que al final de la cadena de comercialización los precios de venta al público suben semanalmente o a diario. “Asegurar que los venezolanos viven una crisis humanitaria por la falta de medicinas y una situación de hambruna no es exageración. Cada vez más se ve a la gente comiendo de la basura”, alertó.
Actualidad Laboral / Con información de El Nacional