Parafraseando libremente una de las "leyes de Murphy" de Arthur Bloch, diría: "Si usted toma precauciones ante los cuatro peligros que amenazan su proyecto, tarde o temprano aparecerá un quinto peligro y echará todo a perder".
Como usted es sabio, la próxima vez tomará precauciones ante los cinco peligros que amenazan su proyecto. Pero igual, tarde o temprano, aparecerá un sexto peligro y echará todo a perder.
Y la siguiente vez usted tomará precauciones ante los seis peligros, posteriormente ante los siete, luego ante los ocho peligros... y así sucesivamente. Pero siempre, tarde o temprano, aparecerá un peligro adicional que no se había considerado y que amenazará con echar todo a perder. Sabiendo esto, la clave del talento gerencial puede expresarse matemáticamente así:
N + 1
Donde "N" son los peligros conocidos o previsibles que pueden echar abajo mi proyecto y el "+1" es la causa nueva, desconocida y no previsible que, tarde o temprano, emergerá y amenazará con destruir mi proyecto y será inmune a todas las precauciones que hayamos tomado.
Clasificación del talento gerencial
Entonces, podemos calificar la calidad de los gerentes según su manejo de este "N+1":
El incompetente: Un gerente incompetente será aquél que ni siquiera conoce todos los "N" peligros que amenazan su proyecto y que, por tanto, se verá sorprendido (y, probablemente derrotado) por causas que pudo y debió haber previsto. Mucho menos podríamos pedirle a este gerente que sea capaz de manejar el "+1".
El eficiente: Un gerente medianamente competente conoce todos los "N" peligros (pero solo conoce esos "N" peligros) que amenazan su proyecto y está en guardia ante cada uno de ellos. Posiblemente nunca será sorprendido por esos peligros ya previstos. Pero este tipo de gerente llega a su nivel de incompetencia cuando emerge el peligro "+1", aquel que él/ella no había previsto y ante el cual no tiene respuesta preparada y es incapaz de improvisar una.
El competente: Un gerente altamente competente es el que, además de conocer bien todos los "N" peligros y tener una respuesta ante cada uno de ellos, ha desarrollado la competencia más difícil y elusiva de todas las que caracteriza a un buen gerente: sabe cómo estar preparado para lo que no se puede estar preparado. Y este no es un juego de palabras.
¿Está usted preparado para afrontar nuevos peligros que amenacen su proyecto? ¿Cómo?