La fortaleza mental es la capacidad que permite adecuarse a circunstancias desfavorables y reponerse de ellas. Desarrollar una habilidad que ofrezca recursos y herramientas cuando haya que enfrentarse a dificultades. Habilidades como la autodeterminación, la concentración, el control, la autoconfianza, la polivalencia o la resiliencia son muy convenientes para hacer frente a un proceso de búsqueda de trabajo.
El análisis DAFO como herramienta de fortaleza mental
Debemos empezar teniendo muy claro nuestro objetivo y no perder nunca el punto de mira, reflexionando hasta llegar a saber cuáles son nuestros intereses, reconocer nuestra experiencia y formación, saber si necesitamos complementarlas y, por último, dominar nuestras competencias. Una buena manera de definir estas capacidades es mediante el conocido método DAFO.
Este tipo de análisis se utiliza como objeto de estudio para estrategias empresariales, aunque es cierto que se puede aplicar a otros campos. Cuando se utiliza para mejorar la fortaleza mental en la búsqueda de empleo, ayuda a valorar nuestras características internas (Debilidades y Fortalezas) y externas (Amenazas y Oportunidades) de manera que, puestas todas en común, se pueda conocer cuál es el punto de partida antes de buscar trabajo.
Un autoanálisis de nuestras debilidades, como la falta de competencias (idiomas, experiencia, conocimientos específicos de la materia, desconocimiento del sector que interesa…) y de nuestras fortalezas (por ejemplo proactividad o capacidad de trabajar en equipo) extraeremos las principales áreas en las que tenemos que trabajar para potenciar nuestra competitividad profesional.
En las características externas se incluyen los factores del mercado y la competencia. Las amenazas más comunes responden a la excesiva demanda de empleo en el sector escogido, el intrusismo laboral, o los cambios tecnológicos. Y con respecto a las oportunidades, algunos ejemplos los encontramos en empresas que requieren profesionales con nuestro perfil o la aparición/expansión de una compañía que genere puestos de trabajo.
Una vez hecha esta reflexión, es hora de trazar un plan de acción de mejora. Ser realistas y superar las debilidades, destacar las fortalezas, esquivar las amenazas y aprovechar las oportunidades que se presenten.
Aptitudes imprescindibles en la búsqueda de empleo
Adoptar siempre actitudes que propicien la fortaleza mental, que mantengan la motivación y la esperanza es primordial. Aunque, en ocasiones, la búsqueda de empleo pueda convertirse en una tarea complicada, se debe persistir en el empeño.
- Sé optimista: una pieza fundamental en este proceso es hacer frente de manera favorable a lo que esté por delante. Mantener una actitud positiva ayuda en la búsqueda de empleo, ya que esto se transmite, las personas lo perciben y en una entrevista de trabajo se valora mucho. Ser optimista es mucho más que ser positivo, refleja pasión y ganas de trabajar.
- Mantén la confianza: creer en uno mismo mejora la comunicación y ayuda a resolver conflictos. De la misma forma, nos hace sentir más seguros y nos proporciona la fuerza necesaria para buscar empleo.
- Sé perseverante: no importa las veces que falles, hay que seguir siempre adelante. Existe un proverbio japonés que reza: “cáete siete veces y levántate ocho”. Aprende de los errores y no dejes que te dominen.
- Mirar con perspectiva: muchas veces, tras una entrevista de trabajo que no ha ido como esperábamos, tendemos a obcecarnos, obsesionarnos o enfadarnos. Hay que evitar estas situaciones recurriendo a la perspectiva. Cambiar el punto de vista desde el que enfocar el problema y relativizarlo. A fin de cuentas, es una experiencia más de la que aprender.
- Ejercita la capacidad de adaptación: esto supone estar dispuestos a aceptar y desarrollar cambios en circunstancias puntuales. Flexibilidad, mentalidad abierta, y capacidad de ver que hay alternativas diferentes.
- Prepárate a conciencia: para superar cada etapa de la búsqueda de empleo, es importante hacer un trabajo de preparación previo. Así pues, ten en cuenta que elaborar un currículum que te defina, que esté bien presentado y que se adecúe al puesto; saber cómo actuar y comunicar en una entrevista de trabajo o aprender qué responder a cualquier pregunta te ayudará a sentirte preparado, seguro y confiado de ti mismo.
Lo importante a la hora de mantener la fortaleza mental es aprender de cada etapa y, sobre todo, de los triunfos y los fracasos.
Actualidad Laboral / Con información de Randstad