14-07-2016
La Generación Z reúne lo mejor de cada generación y fomenta un nuevo modelo de trabajo que apunta a una mayor estabilidad y duración en el largo plazo. Saber aprovechar los puntos fuertes de estas generaciones permitirá a las empresas sobrevivir al ciclo de cambio, con una nueva forma de pensar basada en la tecnología y sus infinitas oportunidades.

Primero fueron los Baby Boomers, a continuación, la generación X, y después los Millenials. Sin embargo, ahora, una nueva generación está entrando en los negocios para cambiar las cosas como, por ejemplo, la manera en la que percibimos a los empleados y el trabajo en general. La Generación Z se aplica a las personas nacidas entre 1995 y 2005 y son personas que no conciben un mundo sin tecnología. No obstante, su edad no es el rasgo más característico que poseen.

La Generación Z empuja a un lado las etiquetas generacionales trabajan en modo colaborativo para lograr conseguir un gran éxito, según publica INC. Si los Millenials eran los probadores “beta” de la tecnología, los “Z” son el grupo ha llevado a esa tecnología al siguiente nivel a través de la hiperconectividad y la colaboración para impulsar la innovación y el cambio. Y cualquier empleado que exhibe estas características puede entrar en dicha generación, sin importar si tienen 22 o 52 años.

La Generación Z está en el centro del futuro del trabajo y tiene más poder que cualquier generación anterior para volver a definir la forma en que trabajamos y dar forma al futuro de los negocios:

Rompiendo las generaciones. En lugar de poner a los empleados en “cajas generacionales”, debemos tomar las características más positivas de cada generación y reunirlas en un entorno hasta formar un equipo cohesionado.

Hiperconectividad. Con el poder de Internet, todo el mundo tiene acceso a la misma información, es decir, cualquiera puede aprender y desarrollar habilidades. De hecho, uno de los problemas que empieza a surgir es no saber cuándo desconectar. No obstante, si se logra equilibrar estas dos tendencias se potenciarán los beneficios de los empleados y sus organizaciones.

El cambio de la riqueza de influencia. El dinero solía significar poder, pero con el tiempo, la forma más poderosa de influencia se ha trasladado a la obtención de una fuerte marca personal. Mediante el desarrollo de las habilidades y conocimientos, se puede influir en los demás sin depender de una hoja de vida o del nivel social.

Nuevas formas de trabajo. Hoy en día, se puede modificar los procesos y romper las reglas tradicionales para lograr grandes resultados, y un ejemplo de ello es la enorme popularidad de crowdfunding, donde se puede ir directamente a los clientes potenciales para construir relaciones y recaudar dinero.

Slingshoting. La tecnología moderna permite que prácticamente cualquier persona pueda adoptar nuevas prácticas y aparatos electrónicos en cualquier momento. Aunque algunas personas son impulsivas y se lanzan a por el último modelo, sin embargo, empiezan a triunfar otras actitudes menos consumistas que esperan a valorar los resultados de las experiencias de otros usuarios.

Adoptar el mundo a nosotros. La gran cantidad de información disponible en la actualidad y la proliferación de cursos oficiales online, significa que nunca ha sido más fácil y más barato adquirir conocimientos. El futuro del trabajo será aprovechar ese conocimiento y enseñar a la gente cómo aprender.

Actualidad Laboral / Con información de Equipos & Talento