Detenerse un momento para pensar y sentir son de las necesidades más apremiantes que requiere una persona en un proceso de duelo, pero muchas veces estas se dan por sentado, en especial en el entorno laboral.
¿Por qué es importante la gestión del duelo? Si tienes una uña que te duele, dice Erika Villavicencio, directora de DserOrganizacional para Latam, y te pones el zapato para ir a trabajar, se va a empeorar, en cambio si la atiendes el tiempo de recuperación se reduce. Así funciona con el duelo, si no se atiende, empeora.
La también investigadora y académica de la UNAM refiere que en estos procesos, la persona necesita un espacio lejos de la responsabilidad, porque no está lista psicológicamente para hacer las funciones que realiza diariamente.
“El duelo es un proceso emocional y psicológico, por lo tanto, requiere etapas que vivirá cada uno a su manera. Además, la manera en que le impacta depende de la situación psicológica, emocional, económica, física y laboral en la que la persona se encuentra al momento del duelo”, explica Erika Villavicencio.
La especialista asegura que la gestión eficiente del duelo es un tema al que deben ser sensibles las empresas y poner atención porque se estima que el proceso podría tardar entre seis y 12 meses. Algunas de las etapas por las que atraviesa la persona son la negación, la ira, negociación, tristeza y aceptación.
“Pretender que una persona atraviese este proceso como si no pasara nada es un grave error, al contrario, puede provocar que se compliquen más las emociones. Hay ciertos síntomas a los que los expertos en recursos humanos recomiendan a los empleadores estar atentos, detectar si hay ciertos comportamientos diferentes a lo que es su desempeño habitual”, refiere.
Tener una licencia o permiso en caso de vivir un duelo es importante porque hay una serie de elementos que harán que la persona no esté al 100% desempeñando su rutina, y que pueden poner en riesgo la salud del personal que está atravesando esta situación, pero también a su grupo de trabajo.
Según investigadores de la St. George's University of London, después del deceso de un familiar, el riesgo de sufrir un evento cardiovascular agudo puede estar presente hasta un mes después de la pérdida. Además de esto, otros estudios han identificado una correlación entre la muerte de un ser querido y el incremento en la sensación de dolor, trastorno del sueño o hasta pérdida de peso.
Actualmente la legislación laboral en México no contempla permisos remunerados por luto, aunque desde el 2016 se han tenido dos intentos de establecerlo como derecho, las reformas no han prosperado.
Sin embargo, dice la especialista en cultura organizacional, las empresas pueden implementarlo porque un trabajador apoyado retribuye esa ayuda dando un mejor resultado, se genera un mayor compromiso laboral.
El duelo no está normalizado en el trabajo
Para Ivonne Borden, directora de la firma Agregando Valor, es bastante curioso que los mexicanos celebremos la muerte, pero no podamos vivir un duelo porque no existe en la legislación laboral un permiso para ello.
Esta situación, dice, puede abonar a una actitud muy común para evadir el duelo, y es la sobrecarga de trabajo para no tener que pensarlo y vivirlo.
“El duelo es importante, los rituales son importantes. Es una manera de procesar y no es para el otro, es para nosotros. Es una manera necesaria física y emocionalmente de asimilar. Por eso todas las culturas tienen diferentes rituales que requieren tiempo”, explica.
Al no existir ese espacio para la asimilación, el colaborador puede generar un distanciamiento de la empresa, refiere la especialista en cultura organizacional.
“Las empresas hablan de la felicidad laboral, pero, por otro lado, no te doy unos días libres para que vivas esos rituales necesarios. No cuido esos procesos tan necesarios, tan humanos”, advierte.
Ante esto considera que es necesario que se tenga un espacio fuera de lo laboral para que el colaborador pueda encargarse desde los trámites, hasta tener un espacio para vivir esas emociones.
“Pero es incongruente que un país que tiene un Festival de la Muerte, que se nos reconoce mundialmente por el valor simbólico que le damos, prehistóricamente, a la muerte, no le demos a los colaboradores un espacio para honrar a nuestros muertos”, dice Ivonne Borden.
Independientemente de que sea un derecho en la Ley Federal del Trabajo, las organizaciones deberían tener un apoyo mínimo con los colaboradores y eso es el tiempo que se les da para vivirlo, sin que tampoco se tengan que preocupar por perder el empleo.
Ivonne Borden considera que atender el duelo es importante para que no se convierta en algo patológico y acompañe toda su vida a los colaboradores. “Es importante, necesario y congruente, un derecho que deben tener las personas”.
Actualidad Laboral / Con información de El Economista México