Los sindicatos franceses mantienen el pulso con el gobierno contra la reforma de las pensiones. La huelga de transportes en Francia, que comenzó el pasado 5 de diciembre, ha cumplido ya un mes sin que parezca que haya final a la vista.
Los paros en los ferrocarriles en toda Francia y en el metro, cercanías y autobuses de París continúan con mayor o menor intensidad sin dar un respiro a los viajeros, mientras otros sectores se suman a las protestas. No hubo tregua de Navidad.
Actualmente hay 42 cajas de pensiones en Francia. El presidente francés, Emmanuel Macron, quiere fusionarlos y establecer un sistema universal por puntos en el que todos los trabajadores disfruten de los mismos derechos en su jubilación por las mismas contribuciones.
Ahora algunos trabajadores de los llamados «regímenes especiales» -como los de los ferrocarriles de la SNCF, la Ópera de París y el metro- se jubilan antes o con mejores condiciones que el resto de trabajadores franceses.
Los franceses se retiran ahora a partir de los 62 años. Macron quiere subir la edad de jubilación a los 64 años, lo que sindicatos consideran «una línea roja».
El primer ministro Édouard Philippe, encargado de las negociaciones con los sindicatos, recibirá mañana martes a los interlocutores sociales. Pero no parece que vaya a convencer a nadie. Antes incluso de oír lo que Philippe tenga que decir, los sindicatos anunciaron dos nuevas jornadas de paros y manifestaciones en todo el país contra la reforma, para el 9 y 11 de enero.
Actualidad Laboral / Con información de El Mundo